El martes tiene lugar la segunda jornada del juicio que se repite sobre el asesinato de Desirée Leal, de solo siete años, en Muimenta (Lugo) en 2019. Su madre Ana Sandamil, acusada de la muerte de su hija, reiteró el lunes que no recuerda nada de lo sucedido. En esta sesión está previsto que declaren doce testigos.
Sandamil declaró en la repetición del juicio en la Audiencia Provincial de Lugo, como en la primera vista oral, que no recuerda nada de lo acontecido y que al encontrarse a la niña en el suelo creyó que se había caído de la cama en la que ambas dormían. Ante la atenta mirada del jurado popular, ha insistido en que jamás haría daño a la menor, algo que no creen las acusaciones, pública, popular y particular, que esperan que esta mujer vuelva a ser condenada a prisión permanente revisable.
Esa pena máxima privativa de libertad que le fue impuesta hace poco más de un año acabó siendo anulada al concluir el Tribunal Superior de Justicia de Galicia que el jurado ciudadano no había argumentado correctamente su veredicto.
Tras la elección de un nuevo jurado y después de las cuestiones previas de las partes, la primera en prestar declaración en esta primera sesión ha sido la propia acusada, quien ha dicho que se encontró a la niña -aquel 3 de mayo- en el suelo cuando fue a verla por la mañana, después de desayunar, y pensó que se había resbalado.
Sandamil ha contado que la niña estaba tirada en el suelo, en el lado derecho de la cama. También ha explicado que le tomó el pulso y, al ver que no tenía, intentó reanimarla, para lo cual le apretó el pecho, le abrió la boca e intentó insuflarle aire.
Entonces, en base a su relato, fue a avisar a su madre de que “algo” le había sucedido a su hija.
También ha vuelto a remarcar que quiso suicidarse y que ingirió una tableta entera de Trazodona, un medicamento que tomaba para poder “dormir”, pero su madre la obligó a "vomitar”.
En cuanto a los restos de esa medicación hallados en el cuerpo de la niña, y que la acusación atribuye a un intento de la madre por adormecer a la pequeña para perpetrar el crimen, ha negado Sandamil que ella le hubiese dado sedante alguno.
Sobre la relación con el padre de su hija, de quien se separó cuando Desirée tenía “tres años”, Ana Sandamil lo acusó de haberla maltratado. Era un maltrato “psicológico”, ha precisado.
José Manel Manuel Leal, el padre de Desirée, acusó el lunes en declaraciones a la prensa a Ana Sandamil y a su entorno de mentir en el juicio para evitar una nueva condena a prisión permanente revisable. “En este (juicio) tengo la seguridad al cien por cien de que lo harán mucho más, porque vienen más preparados para intentar que esta persona, este monstruo, se libre de la prisión permanente revisable”, ha espetado, aunque mantiene la “esperanza” de que “el resultado sea el mismo” y la acusada sea condenada de nuevo a “prisión permanente revisable”, porque todas “las pruebas, todas, lo indican”.
Sin embargo, el abogado de la defensa, Luis Rifón, ha subrayado que Ana Sandamil “no cometió deliberadamente la muerte de su hija”, porque en el momento de los hechos padecía “un trastorno de la personalidad grave”. “El psicótico”, ha acentuado este abogado, vive “en un mundo diferente, que no existe en la realidad”, de modo que puede hacer “cosas sin sentido”.
El letrado de la acusación particular, Manuel Ferreiro, ha asegurado que “si los forenses declaran en el mismo sentido”, el resultado tiene que “ser el mismo”, de modo que Ana Sandamil sería condenada a prisión permanente revisable por el asesinato de su hija.
En la misma línea se ha expresado el abogado que ejerce la acusación popular en nombre de la Fundación Amigos de Galicia, Francisco Lago. Desde su punto de vista, todo quedó en su día “clara y meridianamente acreditado".