En 2035 Europa ya no venderá coches de combustión. El vehículo eléctrico tendrá que pisar el acelerador y para conseguirlo harán falta más puntos de recarga. Aunque en España hay ahora mismo 18.000 puntos de recarga, las empresas instaladoras se quejan de los plazos y la burocracia para poder instalarlos.
España se ha situado en la octava posición de la Unión Europea (UE) por número de puntos de carga de vehículos eléctricos, con 10.480 cargadores a cierre de 2021, lo que supone un 3,4% del total de la infraestructura de recarga europea, según un informe de la Asociación Europea de Fabricantes (ACEA).
La mitad de los puntos de recarga para vehículos eléctricos de la UE están concentrados en dos países: Países Bajos, con 90.284 cargadores, un 29,4% del total de puntos de recarga de la UE, y Alemania, con 59.410 cargadores y un 19,4% del total.
Países Bajos y Alemania representan menos del 10% de toda la superficie de la Unión Europea, lo que supone que la otra mitad de los cargadores están repartidos por los 25 países restantes, que cubren el 90% de la superficie de la región.
España se queda rezagada también ante Francia, que se situó en cuarta posición en cuanto a infraestructura de recarga, con un total de 37.128 cargadores (12,1% del total) e Italia, que se colocó en la sexta plaza, con 23.543 puntos de recarga (7,7% del total).
De la misma forma, el número de puntos de recarga en la UE se ha disparado (+180%) en los últimos cinco años, aunque ACEA apunta que la cifra total de 306.864 cargadores está "muy por debajo de lo necesario".
Concretamente, se necesitarían hasta 6,8 millones de puntos de recarga públicos para 2030 a fin de alcanzar la propuesta de reducción del 55% de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) de los automóviles, lo que significa un crecimiento de más de 22 veces en menos de diez años.