La seguridad del conductor no corre peligro ya que se ha conseguido que la carga a esos altos niveles de potencia no suponga ningún peligro al mantener las emisiones a niveles muy inferiores al límite permitido.
Con este sistema evitamos el uso del cable tradicional, lo cual suponía una desventaja por el largo tiempo de espera que precisaba el coche eléctrico para ser cargado al completo, superando las 3 horas de duración. En este caso la estación de recarga puede ser fácilmente integrada prácticamente en cualquier sitio, lo que las convierte casi en invisibles y las protege de la climatología.