Cándida y Pepe, dos octogenarios que llevaban 52 años de matrimonio, murieron el mismo día, este domingo, con apenas 45 minutos de diferencia. Inseparables hasta el final, su funeral fue celebrado en el mismo lugar que ofició su boda en 1970: la iglesia de San Esteban de Sograndio, en Oviedo, Asturias.
El matrimonio vivía en Montecerrao, barrio ovetense en el que se encuentra la residencia Ovida, donde primero se produjo el deceso de Cándida, de 89 años, a aproximadamente las 13:30. Menos de una hora después, lo hacía su marido Pepe, cuyo corazón dejó de latir en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), en el que permanecía ingresado desde el pasado viernes.
Según recoge La Nueva España, ambos nacieron en los municipios de Sorgandio y Villapérez, a solo 18 kilómetros de distancia entre sí.
Él, José Antonio García, era mecánico. Ella, Cándida Cuervo, cuidaba del hogar. Fieles a su tierra, tras casarse ambos se instalaron en el barrio ovetense de Teatinos, donde eran muy queridos y les recuerdan hoy como un matrimonio inseparable.
Nunca llegaron a tener descendencia, pero hoy su historia de amor hasta el final conmueve y se difunde más allá de esa Asturias a la que nunca abandonaron.