Se llamaba Romina Celeste y era una mujer maltratada. Su marido, Raúl, tras múltiples palizas y vejaciones, supuestamente, acabó con su vida la noche de año nuevo de 2019. Todo apunta a que la descuartizó, la quemó en una barbacoa y se deshizo de sus restos en el mar. Acabamos de conocer una muerte similar provocada en Marbella. Su cuerpo nunca apareció. Pues bien. el presunto asesino, que lleva 4 años en la cárcel puede salir en libertad. El abogado de Díaz Cachón solicitó que el investigado fuese reconocido de forma periódica en prisión por un psicólogo para que haga un dictamen sobre su estado.
La Audiencia Provincial de Las Palmas ha decretado este jueves libertad sin fianza para el acusado del crimen machista de Romina Celeste, asesinada en enero de 2019 en Lanzarote. Lleva cuatro años en prisión preventiva, el máximo permitido por ley (dos años y otros dos de prórroga). A partir de este momento, la prisión de Tahíche (donde se encuentra) podrá acordar su puesta en libertad. El acusado deberá comparecer todos los lunes en sede judicial y deberá designar domicilio en España. Además, está obligado a notificar cuantos cambios de domicilio verifique. Se le retirará el pasaporte y se le prohíbe expedir uno nuevo. La familia de Romina está destrozada y teme que el acusado huya.
Respecto al juicio, el TSJC lo señalará en cuanto resuelva un recurso presentado por su defensa. El Instituto Canario de Igualdad, personado en la causa, había pedido que se impongan las medidas cautelares máximas al acusado. La abogada de la víctima había advertido de que el riesgo de fuga es “altísimo”.
Según señala Eldiario.es los retrasos en el procedimiento se deben a diversas causas. Una de ellas es que el acusado ha cambiado varias veces de defensa. Otra, el hecho de que se hayan interpuesto diversos recursos en el procedimiento. Según informan fuentes del TSJC, durante estos cuatro años de compleja instrucción, la causa pasó por manos de varios jueces instructores y de distintos abogados defensores.
Desde el TSJC informan que las cuestiones previas fueron resueltas mediante auto con fecha de 1 de diciembre, pero ese auto es susceptible de recurso ante el TSJC. La defensa lo recurrió y ahora ese recurso ha llegado a la Sala de lo Penal del TSJC, que le dará trámite de la manera más urgente posible.
La fiscal de Lanzarote que ejerce la acusación en el asesinato de la joven paraguaya Romina Celeste Núñez, de 25 años, a manos, presuntamente, de su marido Raúl Díaz, decía en su escrito acusación y de petición de apertura de juicio oral que su marido cosas tan duras como estas: "puso su cadáver de Romina sobre una barbacoa de gas marca colocando la cabeza y el tronco del cuerpo de Romina encima de la parrilla y encendió el gas y prendió fuego al cuerpo".
El escrito de acusación estima que tras desmembrar su cuerpo "durante dos días estuvo introduciendo en bolsas de basura el cuerpo de Romina», luego las trasladó hasta la zona de los Ancones de Costa Teguise, "donde detuvo el vehículo, sacó las bolsas y arrojó parte del cuerpo de Romina al mar".
No solo eso. En su escrito argumentaba que "durante los días 2 y 3 de enero desmembró el cuerpo de Romina utilizando para ello sus propias manos y la barbacoa que empleó como instrumento de disección". Por estos hechos pedía 20 años y dos meses de prisión para el único imputado, encarcelado desde enero de 2019, su marido Raúl Díaz. Pero han pasado cuatro años y no se ha celebrado el juicio oral. El marido siempre ha declarado que la encontró en casa ya muerta y arrojó su cadáver al mar.
Romina Celeste Núñez describió por WhatsApp la última paliza de su marido, Raúl Díaz Cachón, en la cárcel por asesinarla. Sus restos no se han encontrado. Raúl Díaz estaba enganchado a la cocaína y esta es la última vez que ella pudo contarlo.
“No pude caminar”. “Estoy golpeada por todas por todos lados”.
“Yo creo que esta vez tengo que poner fin a esto”. “Y éste casi me mata”.
“Y ya la siguiente no creo que lo cuente”. “Si voy al médico será peor”.
“Estoy golpeada por todas partes”.
Romina llegó al centro de salud para que la atendieran pero no se atrevió a denunciar y se marchó. Ya le había denunciado tres días antes de la boda en agosto y fue detenido porque la agresión se produjo en un hotel de Lanzarote. Ella quitó la denuncia. Y se casó. No tardaría en recibir otra paliza que la mantuvo alejada, escondida en casa de unos amigos durante un mes. Raúl manipuló ese maltrato y lo utilizó cuando denunció la desaparición de Romina tras su muerte. Le dijo a la Guardia Civil que ella le abandonaba de vez en cuando. Pero Romina se marchaba solo cuando estaba malherida hasta que no lo hizo en Fin de Año. Su pareja, presuntamente, la había matado.