En la tarde del martes han logrado sacar del agua el autobús que cayó al río Lérez, en Pontevedra, provocando la muerte de siete pasajeros.
La bajada del caudal del río ha permitido que los agentes pudieran asegurar el vehículo y que una grúa lo levantara hasta el puente desde el que se precipitó. La parte superior se encuentra completamente destrozada y hundida contra los asientos.
Ha sido una maniobra muy compleja, pero necesaria entre otras cosas para avanzar en la investigación del accidente.
Con un movimiento lento para evitar partir el vehículo y tras extraer toda el agua que lo inundaba, una grúa levanta el autobús y sus dieciocho toneladas de peso.
Los destrozos salen del río que los cubría. La parte superior aplastada contra los asientos: “El autobús cayó marcha atrás volcado, a esa altura se deshizo parte del techo. Todo estaba deshecho”
Más de 40 metros de caída
Fueron más de cuarenta metros de caída y tras la tragedia de Nochebuena el autobús vuelve al puente desde el que cayó.
Un coche recorre el lugar en el que se produjo el accidente, una doble curva en la que sigue acumulándose agua y con un badén: “Íbamos a una velocidad de 63 km por hora”
El autobús pudo hacer aquaplaning y volcar hasta caer al río; “Vimos el pivote del quitamiedos en medio de la carretera y vimos la barandilla toda arrancada”
Margarita fue la primera en pasar y avisar a emergencias; “Nosotros vimos al conductor que nos daba señales, pero no había forma de llegar abajo”
Con el rescate del vehículo ahora podrán obtener el tacógrafo que permitirá saber la velocidad a la que iba el conductor y si se produjo algún fallo que propiciara la desgracia.