Ya son 43 días sin noticias sobre el paradero de Sandra Bermejo, desaparecida desde el pasado 8 de noviembre, cuando la vieron por última vez en Cabo de Peñas, Asturias. La psicóloga, madrileña afincada en Gijón, había acudido a ese bello enclave por el que solía pasear, donde aparcó su vehículo, encontrado por las autoridades con sus pertenencias. Ahora, mientras se sigue indagando en las circunstancias que rodean a la desaparición, investigan su conexión con un grupo esotérico identificado como ‘Agua de Estrellas’.
Entre ellos se conocen como ‘La Tribu’, un grupo con el que Sandra tuvo contacto durante los dos últimos años, algo que se está analizando por si pudiese arrojar algún tipo de pista que llevase a su paradero o a la causa de su desaparición.
Según informa La Nueva España, la psicóloga, de 32 años, celebró incluso su último cumpleaños en una finca del gurú de ‘Agua de Estrellas’, identificado por el citado medio como Roberto. Fue el pasado 3 de septiembre, y no es el único dato al respecto que han obtenido los investigadores.
Sandra habría estado en contacto con ellos durante todo 2021 y parte de 2022. Este otoño, además, había participado en otro acto con ellos consistente en un retiro espiritual en los Picos de Europa, donde debía pasar seis días sin comer ni hablar para lograr así “tener el cuerpo limpio y la mente más clara”. Fue junto a otros dos integrantes de ‘La Tribu’, según recoge LNE.
Más allá, tampoco fue esta la primera conexión de Sandra Bermejo con un grupo esotérico. Ya la tuvo con otro colectivo de Colmenar de Oreja, en Madrid, que defendía el uso de ayahuasca durante sus actividades. Con ellos decidió cortar lazos en septiembre de 2021 tras una mala experiencia.
En ‘Agua de Estrellas’, según diversas publicaciones en redes citadas por LNE, su líder también defendería la toma de “microdosis de ayahuasca” como “axuliar” para el tratamiento de dolores, ansiedad o depresión, entre otros, añadiendo que las tomas de esta sustancia psicotrópica “aclaran la visión de la propia vida”.
Además, también hablaban del llamado “hongo milagroso” para referirse a él como un poderoso “antidepresivo”.
Con todo ello en contexto, aunque se barajan todas las hipótesis, una de las principales para los investigadores es que el caso podría tratarse de una desaparición voluntaria y que Sandra acabó en el mar, algo que la familia niega, insistiendo en que la madrileña no estaba sola aquella noche en Cabo de Peñas.
Mientras ayer se anunciaba que su búsqueda por mar ha concluido “totalmente”, pese a que todas las vías de investigación siguen abiertas, los familiares inciden en que “Sandra no fue la última persona que estuvo en Cabo de Peñas aquella noche y la policía lo sabe”.
De hecho, el fin de semana previo a que desapareciese estuvo en Madrid y pretendía volver el fin de semana siguiente, algo que ahonda en el misterio sobre su desaparición.
En su última aparición en redes, citaba a la poeta argentina Alejandra Pizarnik con una frase: “Soy un ser evanescente, la hija del aire, enamorada del viento”.