Jesús Saavedra, pediatra: "Lo preocupante es cuando una infección por estreptococo, tratada con penicilina, no mejora"
Jesús Saavedra es miembro de la Sociedad de Infectología Pediátrica y coordina la red de estudio de infecciones invasivas Proyecto PedGAS-net
"Sí, hay esa sospecha de que están ingresando más niños por infecciones graves de estreptococo en España, pero no está adecuadamente reportado porque no es una enfermedad de declaración obligatoria"
"Porque un niño tenga fiebre no hay que salir corriendo. Otra cosa es un niño con fiebre, con dificultad para respirar, que tenga vómitos constantes, que, a pesar de estar bien hidratado y de bajarle bien la fiebre, esté muy decaído"
Las alarmas se han encendido después de que, al menos, nueve niños hayan muerto en Reino Unido por complicaciones derivadas por una infección por estreptococo del grupo A, una bacteria común que, en principio no tiene que presentar complicaciones graves para la salud. Según la agencia de seguridad británica, desde septiembre habrían muerto 60 personas de todos los grupos de edad por esta bacteria.
En España, Sanidad y las comunidades autónomas investigan las infecciones por estreptococo A en menores de entre 3 y 14 años. La Comunidad de Madrid ha reportado ya dos muertes y 14 hospitalizados por esta bacteria.
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NIUS ha entrevistado a Jesús Saavedra, miembro de la Sociedad de Infectología Pediátrica y coordinador de la red de estudio de este tipo de infecciones invasivas Proyecto PedGAS-net.
Pregunta. ¿Qué es el estreptococo del grupo A y qué enfermedades provoca?
Respuesta. Es una bacteria, que es redondita y por eso se llama coco, que coloniza la garganta y, a veces, la piel de los niños de entre tres y 15 años. La enfermedad más frecuente que produce es la faringitis bacteriana o la faringitis estreptocócica, conocida por todo el mundo. Y, a veces, con bastante frecuencia, produce infecciones de piel, como el impétigo, que son vesículas que se forman en la piel. El estreptococo también puede producir celulitis, que es una enfermedad de la piel, pero más profunda.
P. ¿Son frecuentes las complicaciones por esta bacteria?
R. No, son muy poco frecuentes. Yo diría que solo una de cada 100 infecciones o, incluso, menos, se pueden complicar. Y, si se tratan adecuadamente, todavía menos. Las infecciones más graves como la neumonía o el shock tóxico son muy infrecuentes.
P. ¿Se está notando más incidencia de casos que otros años también en España?
R. Esa es la pregunta del millón. Llevamos semanas comentando entre los compañeros de los diferentes hospitales que era desproporcionado el número de infecciones leves que estábamos viendo, de escarlatina y de faringitis estreptocócicas. Pero, al tratarse, en principio, de una infección leve, las cifras no están recogidas en ningún sitio. Desde hace dos o tres semanas hemos empezado también a comentar que estamos viendo infecciones más graves. Es decir, sí, hay esa sospecha de que están ingresando más niños por infecciones graves de estreptococo, pero no está adecuadamente reportado porque no es una enfermedad de declaración obligatoria.
P. Vayamos a las causas. ¿Podría deberse este aumento a la aparición de una nueva cepa del estreptococo A que dé lugar a casos más graves?
R. Podría ser una razón, pero no lo sabemos. En el Reino Unido no lo han visto, de momento. Probablemente, sea pronto para saberlo porque el estudio de las cepas lleva un tiempo. Hasta lo que yo sé, no hay un aumento de ninguna cepa que sepamos, pero tenemos que insistir para que se vean más cepas y ver si es verdad lo que me preguntas. Pero, de momento, no se está viendo.
P. Otra de las explicaciones apunta a que las medidas de distanciamiento social por la covid hayan podido reducir la inmunidad frente a este patógeno entre la población.
R. Frente a este patógeno y frente a otros. Durante la pandemia se habló mucho de covid porque no teníamos tiempo de nada. Pero en los pasillos comentábamos qué pasaría con las otras infecciones, que habíamos dejado de ver durante la pandemia, cuando se acabase la covid. Para hacernos una idea, teníamos recogidos 106 casos, que no son todos, ni mucho menos, a nivel nacional en los últimos cuatro años. Pues en los años de pandemia vimos 28 casos durante dos años, mientras que en el 2019 y en el 2022 vimos unos 75. Prácticamente, tres o cuatro veces más casos que durante la pandemia. Nos preguntamos si la inmunidad de rebaño que se genera podía desaparecer. Y es una de las posibilidades si nos fijamos lo que está pasando con el virus VRS o con la gripe. Estamos vigilantes por si pudiera pasar con algún otro virus o bacteria común que antes de la pandemia circulaban con normalidad y que ahora pudieran aumentar.
P. Si está habiendo un incremento del virus VRS, ¿podría ocurrir que al aumentar esta enfermedad haya también una mayor sobreinfección bacteriana del estreptococo?
R. Se sabe que las infecciones virales favorecen las sobreinfecciones bacterianas. Las bacterias están como dormidas en la garganta, pero si llega un virus y produce inflamación en la zona y la hace más frágil, la bacteria podría hacerse más fuerte y generar una infección local o a distancia, es decir, que pasase al torrente sanguíneo, que sería las menos. Se ha visto que el VRS no aumenta mucho las sobreinfecciones, aunque todo podría pasar, pero el virus de la gripe, sí, sobre todo neumonías.
P. ¿Por qué un niño con estreptococo acaba ingresado en un hospital?
R. Aunque el estreptococo puede generar muchísimas enfermedades, la más frecuente grave es la neumonía. Son neumonías muy virulentas, que dan mucho pus, que, incluso, a veces, requieren ingresos en cuidados intensivos. Otras menos graves son las adenitis, es decir, ganglios que se inflaman y producen pus, sobre todo, en el cuello. También pueden darse otros tipos de absceso los que se acumulen, bien cutáneos o en la faringe. Así como artritis, osteomelitis, infecciones de hueso a distancia. Lo más grave, además, de la neumonía es el shock tóxico, una infección generalizada, no solo debido a la bacteria sino a que se liberan unas toxinas que hace que el cuerpo reaccione con mucha inflamación y, al final, en vez de ser beneficioso sea perjudicial. Otra de las enfermedades graves que produce, pero muy rara, es la fascitis necronizante, una infección de las partes profundas de la piel y de la parte que une la piel con el músculo.
P. El estreptococo se combate con la penicilina, pero, en estos casos más graves, ¿qué medicamentos existen para combatirlos?
R. Muchas veces lo que hacemos es asociar otros medicamentos, porque, a veces, como he dicho, las enfermedades más graves se producen por liberación de toxinas. Esta liberación de toxinas se puede inhibir a veces con antibióticos que inhiben las síntesis de proteínas. Así que a veces combinamos penicilina o derivados de la penicilina con otros antibióticos que, de alguna manera, potencian la acción de la penicilina y evita que se produzcan estas toxinas. Y, a veces, también damos inmunoglobolina en las infecciones más graves.
P. ¿Cuándo debemos preocuparnos?
R. Con un antibiótico bien tratado, el 99,9% de las amigdalitis y las escarlatinas se van a curar y no van a dar ningún problema. Habría que preocuparse cuando la sintomatología dura varios días a pesar de la penicilina. Lo lógico es que en 48 horas aproximadamente ya empiece a haber una mejoría importante y la fiebre vaya disminuyendo y el dolor y la inflamación de la garganta y los ganglios del cuello vayan bajando. Si al tercer o cuarto día persiste la fiebre o mucha molestia, sería el momento de volver al médico. Es importante tomar bien la penicilina, como digan los profesionales.
P. ¿Tenemos que tener miedo a esta bacteria?
R. Lo que hay que tener es precaución y ser cautos. En el momento actual, la Asociación Española de Infectología Pediátrica y la Asociación Española de Pediatría no consideran que haya que generar ninguna alarma como ocurrió con el covid. ¿Por qué? Porque, primero, no sabemos si esto está ocurriendo en nuestro país, aunque tengamos la sensación. Y segundo, porque es una infección muy rara, estamos hablando de muy pocos casos al año. Según los datos, podemos tener unos 100 casos graves al año en España. En Gran Bretaña, con casi el doble de población, pueden tener unos 200. Siempre puede haber una infección grave, haya o no haya un brote, por lo que tenemos que seguir las recomendaciones de siempre. Porque un niño tenga fiebre no hay que salir corriendo. Otra cosa es un niño con fiebre, con dificultad para respirar, que tenga vómitos constantes, que, a pesar de estar bien hidratado y de bajarle bien la fiebre, esté muy decaído. O una fiebre que perdure cuatro o cinco días. O un niño que tiene 38 y al tercer o cuarto día se pone con 40. También cuando les salen esos exantemas que cuando se aprietan no desaparecen. Estos son algunos de los signos de alarma que siempre decimos los pediatras. Hay que seguir como hasta ahora y seguir viendo la evolución para comprobar si el incremento es muy alto. Si es así, daremos la correspondiente información. Pero, hoy por hoy, no creemos que haya que cambiar las pautas que damos a la población en general en caso de fiebre.
P. ¿Hay alguna manera de evitar el contagio de esta bacteria?
R. El contagio se produce por gotitas al hablar, al estornudar, al toser cuando se está a menos a un metro de distancia. Cuando sospechamos que una persona puede tener esta infección, el uso de mascarilla evitaría el contagio. La otra cuestión es que a las 24 horas de haber administrado penicilina, una persona deja de contagiar. A las 24 horas el menor podría volver al colegio si se encuentra bien y no tiene fiebre.