La iniciativa del director de una residencia de Pontevedra para evitar la soledad de los ancianos en Nochebuena

El abandono de las residencias de ancianos durante los peores momentos de la pandemia de covid-19 nos recuerda que fueron los mayores los que sufrieron las duras consecuencias de la enfermedad. Para impedir que todo ese sufrimiento caiga en el olvido y para recuperar la atención sobre los residentes, Juan José López, director de la residencia de mayores de Campolongo, en Pontevedra, ha hecho pública una carta destinada a los jóvenes en la que recuerda la soledad a la que se enfrentan muchos ancianos en la "fecha negra" del 24 de diciembre y en las que les propone una solución

Juan José describe su asombro ante lo que considera una "bofetada de realidad" al descubrir la soledad en la que se encuentran gran parte de los residentes, sobre toso porque se imaginaba que estos lugares "llenos de hijos y nietos los domingos", una esperanza que choca con la cruda realidad ya que estos "no vienen".

El director de la residencia de ancianos pide a sus familiares que les envíen cartas con recuerdos

Por eso, ante lo que considera "esa fecha negra del 24 de diciembre", este responsable ha solicitado a todos los familiares que su deseo se haga realidad: "Quiero una lluvia de cariño en forma de cartas, de mensajes, de felicitaciones, de fotos. Misivas llenas de cariño en las que les hagáis saber que cuentan con vosotros, que no los olvidáis. Fotos, recuerdos, amor a granel para que comprendan que su vida sigue teniendo sentido. Mil gotas de amor que generen una lluvia que los empape de nueva energía. Decidles que no están solos".

Porque, según Juan José lo peor de estos centros es la soledad ya que todos echan de menos a sus seres queridos y lo que más duele es ese abandono por parte de los familiares y amigos.

Con su iniciativa pública, Juan José quiere que los cien residentes del centro de Campolongo, el único público en la provincia de Pontevedra, reciban diez felicitaciones cada uno llenas de mensajes y recuerdos que al abrirlas les recuerden que nos están solos. Se tara, asegura de evitar que "la muerte nos apague cuando aún estemos encendidos", como recoge La Voz de Galicia.