Más de un centenar de personas se han manifestado frente al Ministerio de Sanidad para denunciar el deterioro que sufren muchos ancianos que vuelven a estar confinados en las residencias de mayores. Piden otros protocolos para que estén protegidos y que no se limiten a cerrar las residencias y prohibir las visitas. Los familiares denuncian que la falta de contacto, les provoca más daños que beneficios. Además, quieren que se suprima el reingreso obligado porque corren el riesgo de perder su plaza.
Un ejemplo de lo deteriorante que puede llegar a ser la soledad para una persona mayor es la historia de Isabel, la anciana que perdió hasta 15 kilos por haber pasado sola los tres meses de la pandemia, con el fin de evitar el contagio del coronavirus en el momento más álgido de la pandemia. "Sacamos a mi madre de la residencia porque nos dijeron que se estaba muriendo sola allí dentro", ha contado su hija, que no quiere tener que volver a ingresarla una vez que hayan pasado los 45 días en los que se mantiene su plaza.
Isabel no enfermó de coronavirus como muchas otras personas mayores que encontraron la muerte en las residencias españolas; sin embargo, la depresión que conlleva el aislamiento obligado que te salva de la COVID-19 (y para el que, ahora, se pide una alternativa), le causó una depresión que hizo que perdiera hasta 15 kilos. Cuando volvió a su casa, sus familiares la llenaron de cariño y le dieron todos los cuidados necesarios para su recuperación.