La Navidad trae luces, regalos, hasta discusiones, pero lo que peor llevan muchas personas son las comilonas y los kilos que aumentamos durante estas fiestas. Los nutricionistas calculan que entre celebraciones, cenas , aperitivos y otras citas gastronómicas los españoles aumentan entre 3 y 5 kilos. ¿Se puede hacer algo contra la seducción de los turrones, los mazapanes y los gintonics? Los nutricionistas dicen que sí.

De introducción, solo advertir que la cena de Nochebuena aporta unas 1.400 calorías, que ya suponen el triple de las recomendadas para una ingesta. En las dos semanas que dura este maratón de comidas y bebidas a toda hora la cosa solo puede ir a peor.

Y decimos dos semanas, porque del 23 de diciembre al 6 de enero son dos semanas y media de excesos. Eso sin contar que desde noviembre los turrones y polvorones están haciéndonos guiños en las estanterías de los supermercados .

Cuando llegamos a la cena de Navidad ya llevamos en el currículo el acumulado de unos cuantos atracones, los bombones y dulces navideños que son el presagio de lo que vendrá.

Son precisamente estos los responsables de la escalada del peso corporal en navidad, como señalan los nutricionistas que los vinculan con la ingesta de dulces, grasas saturadas y alimentos hipercalóricas presentes en muchos platos tradicionales; además del consumo de alcohol, que es un imprescindible de todos estos días, porque nadie escapa del brindis y las cervezas que nos caen por estos días.

Lo peor es si tienes sobrepeso durante todo el año el pronóstico con la Navidad se agrava cuando el consumo de calorías aumenta a los niveles descritos anteriormente. Los expertos, sin embargo, nos dan algunos tics para minimizar lo más posible las tentaciones .

-Respeta los horarios, evitar el picoteo, servirse los alimentos a consumir en un plato y no comer directamente de una bandeja.

evitar los fritos o demasiados hidratos de carbono.

-No pongas ese cuenco lleno de bombones y otras delicias a los que es imposible pasarle por al lado sin coger uno y que tiran del lado más goloso que todos tenemos.

-Deja esa costumbre, excepcionalmente para la Nochebuena, Navidad o Nochevieja, cuando toda la familia esté reunida.

-De hecho, si puedes limita el consumo de dulces y de mariscos solo a las fechas especiales de 24, 25 y 31 para evitar los maratones de comidas y bebidas.

-No hacer los famosos ayunos de 'en estos días solo voy a hacer una comida' y después llegas a la cena con el apetito de un orco y te zampas las raciones de tres con postre doble incluido.

.-Prepara la comida que vayáis a consumir para evitar una segunda comilona con los restos. Y si sobra repártelo entre los invitados. Haz lo mismo con los dulces, bombones, roscones y otros de cuyo nombre mejor ni acordarnos.

-No abuses del alcohol, refrescos y peor aún la mezcla de ambos. El alcohol engorda sin ningún aporte energético y los refrescos están llenos de azúcares. De ambos solemos echar mano para acompañar las comidas y cenas sin contar que son responsable de muchas calorías adicionales.

-Prepara una buena cantidad de ensalada de verduras que puede saciar el apetito con menos carga de calorías, además de dar una sensación de saciedad evitando llegar a los platos más contundente con tanto apetito.

Sin embargo, también advierten de no ponerse el listón muy alto al punto de pasar hambre o estresarse por una dieta demasiado estricta, porque podríamos conseguir el efecto inverso.

Un último consejo de los especialistas, si durante todo el año tenéis la costumbre de realizar ejercicio físico, correr o acudir a un gimnasio no dejes de hacerlo, porque estos sean días especiales.

Por el contrario, sigue tu rutina física y después de las espléndidas citas en la mesa puedes incorporar un paseíto por el barrio. Una caminata en companía de tu familia os hará bien para el cuerpo y el espíritu.