Un hombre ha sido condenado por el Supremo a 15 años de cárcel por violar a su hija menor de edad durante una década mientras estos se quedaban solos en casa. La niña intentó quitarse la vida ingiriendo once pastillas de un gramo de paracetamol dada la gravedad de las secuelas que presentaba tras lo ocurrido. El condenado se enfrentará a una condena por abuso sexual, actualmente similar a la agresión sexual por la ley del 'sí es sí', entre otros cargos.
Según informa EFE, la Sala de lo Penal ha dictado en una sentencia que se rechaza el recurso presentado por el condenado contra la resolución del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, que también ratificó la Audiencia Provincial por un delito continuado de abuso sexual, con acceso carnal y prevalimiento.
Tal y como considera el alto tribunal, "desde que la niña tenía 7 años, ha venido siendo objeto de tocamientos íntimos, y acciones libidinosas de carácter sexual por parte de su padre, actuando con el ánimo de satisfacer su deseo sexual, sin solución de continuidad hasta que ha cumplido los 17 años". A parte de la pena de 15 años de cárcel, el acusado se enfrenta a una indemnización de 30.000 euros a su hija y la prohibición de acercarse a ella por 17 años, según confirma el tribunal.
Cuando la niña tenía siete años, su padre comenzó a violarla en los momentos cuando ambos se quedaban solos en el domicilio, pero cuando esta tenía once años los abusos se volvieron más agresivos y la madre de la víctima estuvo a punto de pillarles en cierto momento. Cuando la niña tenía 14 años, su padre le violaba al levantarla por las mañanas antes de ir al colegio pese a la oposición de la menor y luego abandonaba la habitación, momento que la víctima aprovechaba para encerrarse en su dormitorio.
"Estos hechos fueron progresivamente deteriorando la salud mental de la niña", señala la sentencia. La niña fue derivada al psicólogo de su centro escolar cuando esta se encontraba aún en Educación Primaria ya que comenzó a mostrar retraimiento. Con 12 años su pediatra le derivó a psicología infantil ya que comenzó a desarrollar una enuresis psicogénica nocturna que a día de hoy sigue afectándola.
La víctima tuvo dos intentos de autolesión y suicidio, el primero con 14 años cuando se realizó cortes en el antebrazo y el segundo en 2018, ya con 17 años, ingirió once pastillas de paracetamol de un gramo "actuando con el ánimo de quitarse la vida". Por suerte la atención médica urgente pudo salvarle la vida.
La joven que tiene 21 años en el momento, sufre dolencias que requieren de tratamiento psiquiátrico mensual, tratamiento de psicoterapia semanal y tratamiento farmacológico diario. Estas dolencias le ocasionan disminución del estado de ánimo, alteraciones del sueño con insomnio y pesadillas recurrentes, sentimientos de culpa y vergüenza, ansiedad, tendencia al retraimiento social, disminución del rendimiento académico y malestar clínicamente significativo ante el contacto físico con terceros y en el área afectiva, relacional y sexual.
El Supremo califica como "concluyente y convincente" el testimonio de la víctima que además, "ha mantenido el mismo relato de forma constante, coherente y permanente". Todo esto corroborado por los informes periciales que acreditan "los abusos enjuiciados, que duraron diez años y revistieron una gravedad e intensidad significativas" a pesar de que el condenado niegue la existencia de pruebas que sostengan su culpabilidad.