El 19 de noviembre se celebra el Día Internacional de los Supervivientes a la Muerte por Suicidio. Es una jornada para dar visibilidad a quienes sufren por la muerte de un ser querido y para llamar la atención sobre la necesidad de aumentar la concienciación social sobre un problema que solo este año se ha cobrado cerca de 4 000 víctimas mortales. Quienes sufren las pérdidas, también se enfrentan al estigma que aún hoy en día permanece en la sociedad.
Familiares de personas que perdieron la vida por suicidio les recuerdan colocando velas.“Si las personas que se suicidan son invisibles, las personas que han perdido a alguien a causa del suicidio son doblemente invisibles”, lamenta Carles Alastuey, portavoz de Asociación de Supervivientes.
Por cada suicidio se ven afectadas 20 personas del entorno del fallecido. “Se te rompe el mundo y realmente cuesta mucho volver a reconstruirlo”, expresa una de ellos.
Como Anna Lara que perdió a su hermano hace 10 años. “No nos lo esperábamos para nada. Mi hermano nunca había verbalizado nada, ni nos había comentado nada”. Recibió apoyo de ‘Después del Suicidio’, una asociación de la que ahora es secretaria y desde la que ayuda a otros a superar el duelo y la sensación de culpabilidad.
“No hay un médico que nos diga: ‘Ha muerto por esto’. Entonces, lo que haces es buscar siempre respuestas. Entonces, al final aceptas que no vas a saberlo nunca”, dice.
Sandra intentó poner fin a su vida varias veces. La desesperanza le invadió y le costaba pedir ayuda. “La terapia ayuda y salva vidas. Realmente lo hace. Es verdad, has probado diez psicólogos y no te ha funcionado ninguno. Bueno, pero aún te quedarán 20 000 más solo en tu barrio", cuenta.
Piden más visibilidad, que se ponga fin al estigma que les rodea y mayor ayuda por parte de las administraciones porque cada día mueren por suicidio 11 personas en España.