Julieta, la bebé prematura que nació con 523 gramos, hoy pesa 4,2 kilos: "Está como una morcillica de Burgos"

Rosa y José, los padres de Julieta, una bebé prematura que nació con 23 semanas y 3 días de gestación, pesando solo 523 gramos, hoy no encuentran palabras suficientes para expresar su felicidad al estar por fin juntos en casa. La pequeña, apodada ya como ‘la guerrera’ por su espíritu de lucha y su capacidad para aferrarse a la vida, ha salido por fin de la UCI del Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca, en Murcia, donde permaneció seis meses que se les han hecho eternos. Ahora, la niña evoluciona favorablemente y poco a poco trabajan por dejar atrás los momentos más duros.

Esbozando una sonrisa que se intuye incluso detrás de la mascarilla con la que nos atienden, los progenitores han contado ante las cámaras de Informativos Telecinco que hoy por fin sienten la emoción de ver cómo Julieta, tras dar “una gran lección” con su fortaleza, avanza fuera del centro sanitario en lo que ya se percibe como un nuevo arranque.

Estar los tres juntos en casa “es lo más maravilloso del mundo. Para eso no hay palabras. La ilusión de tenerla aquí es lo mejor”, expresa el padre, mientras Rosa afirma que “es como una nueva vida”. “No es la rutina que habíamos establecido estos seis meses de levantarnos pronto e irnos al hospital y venirnos sin ella. Ahora ya la tenemos aquí y, relajadamente, estamos en casa, no tenemos que ir a ningún sitio”, explica.

Julieta ya pesa 4,250 kilos y permanece en hospitalización domiciliaria

Aunque todo ha salido de la mejor manera posible, dada su fragilidad y los malos pronósticos que les daban desde el primer momento al ser tan prematura, la pequeña Julieta tendrá que seguir en hospitalización domiciliaria, porque aún necesita oxígeno y sonda nasogástrica. Por eso, los pediatras y enfermeras la tienen que visitar de forma periódica.

“Ahora está con su maquinita de oxígeno, con sus gafitas nasales, su sonda de alimentación. Tendremos que pasar un tiempo, corto plazo o largo plazo, hasta que ella lo requiera. Ella ya dirá por ella sola cuando no necesita nada”, explica el progenitor.

Felices por dormir ya a su lado cada noche, no pierden de vista cada gesto y cada detalle de la pequeña, que deja ver su nervio especialmente “cuando llega la hora de la comida” o necesita que le cambien el pañal. “Es nada, 20 o 25 minutos”, cuenta José, quien ya solo con la mirada expresa su satisfacción por cómo ha salido todo.

Agradecido, hoy explica que la niña salió del hospital con 4,250 kilos de peso. “Está como una morcillica de Burgos”, bromea, sonriente.

Los padres de Julieta dejan atrás los momentos más duros

Atrás quedan ahora todos los malos momentos que vivieron al comienzo. Hubo quien incluso llegó a decirles que se olvidasen de la pequeña: “El primer día, la verdad, nos dicen que nuestra hija es un desecho, que va a ir a la basura, que si estoy sangrando no saben qué quiero esperar de eso”, ha contado la madre de la niña, denunciando que pese a todo ello la pequeña “nos ha ido enseñando que es muy fuerte” y se ha sobrepuesto a todos los pronósticos.

Lo ha hecho con la ayuda de múltiples sanitarios del Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca, quienes sí han estado ahí “sin generar falsas esperanzas”, pero luchando por la supervivencia de la pequeña en las mejores condiciones, como ha explicado a Informativos Telecinco Juana María Martínez Cánovas, supervisora de UCI neonatal.

También lo ha logrado gracias al banco de leche materna de la Región de Murcia y todas esas mujeres que desinteresadamente han donado su leche.

“Esta niña ha tenido la fortuna de nacer cuando ya teníamos implantado en la Región de Murcia el banco de leche materna, porque normalmente una mamá con un niño tan pequeño todavía no tiene la capacidad suficiente para producir leche para alimentarlo, y una leche artificial, por mucho que quieran decir que tiene todas las probabilidades de la leche materna, en un intestino tan inmaduro no pueden digerirla y lleva a complicaciones muy severas, como una enterocolitis, que puede acabar con la vida de la niña. Esta niña, Julieta, se alimentó con leche de Rosa, que hizo un esfuerzo también, como buena mamá que es, más nuestra leche de banco, y ha tolerado desde el minuto cero la alimentación. Esa es una clave total del éxito”, señala Juana.

Ahora, solo queda esperar más noticias positivas.