El caso del pequeño Aimar, el bebé que fue robado el mes pasado en el hospital de Basurto (Bilbao), marcó un precedente. Afortunadamente, la familia recuperó al recién nacido y en cuestión de horas se detuvo a la mujer que, haciéndose pasar por enfermera, se lo llevó de la habitación.
La facilidad con la que se coló en el edificio y se llevó al bebé puso en marcha una investigación para analizar los protocolos de seguridad de los hospitales de la comunidad autónoma y van a tomar medidas: la sanidad vasca se plantea reforzar la vigilancia e implantar el uso de tarjetas de identificación para poder acceder a todas las maternidades en Euskadi.
Se va a instalar un sistema de portero automático en las entradas de las unidades de maternidad, cuya puerta solo se va a poder abrir con una tarjeta identificativa electrónica que solo van a tener los sanitarios y los familiares que la parturienta decida.
Concretamente, en el hospital de Basurto, donde ocurrieron los hechos, se van a cerrar los laterales -las entradas laterales de los pabellones-, y se va a colocar una alarma en las puertas de emergencia. Además, se va a reforzar la vigilancia del exterior de todos los edificios con más cámaras de seguridad.