Rocío Arauz es una conocida reportera de televisión que a sus 39 años se ha visto obligada a emprender una dura batalla contra la que califica como "deshumanización de la Sanidad en España", en un posible caso de negligencia médica. Tal y como ha contado a Informativos Telecinco, su madre luchó infructuosamente durante al menos cinco años contra los terribles dolores de un cáncer de colon que más de 20 médicos de hospitales públicos y privados de Cádiz, así como especialistas de diferentes ramas sanitarias, fueron incapaces de diagnosticar cegados por unos supuestos problemas de salud mental.
María de los Ángeles, de 70 años, falleció finalmente el pasado 3 de noviembre en un hospital privado de Sevilla donde una simple prueba reveló la magnitud de su dolencia y el desolador final que estaba a punto de desencadenarse, según ha confirmado su hija Rocío.
A lo largo de este lustro de peregrinaje por diferentes consultas y especialistas, ningún facultativo atinó con ordenar una prueba tan sencilla y barata como un análisis de heces que habría hecho posible identificar el cáncer colorrectal que padecía su madre y que eran el foco de los fuertes dolores de espalda y pierna que le terminaron dejándola inmóvil y postrada.
Rocío relata cómo ha sido este infierno en el que su madre "ha agonizado a alaridos durante años sin ser atendida". "Ha sufrido un trato denigrante y vejatorio con un falso diagnóstico de demencia. A él se aferraban cuando mi madre gritaba de dolor pidiendo auxilio", asegura.
La intensidad de los dolores era tan fuerte que llegaron a nublar su capacidad de resistencia y aguante hasta llevar a María de los Ángeles a intentar quitarse la vida, lo que agravó su situación al ser considerada una enferma mental cuya "actitud histriónica" explicaba oficialmente sus dolores y delirios.
Recuerda que mientras el cáncer la devoraba interiormente y rompía su ánimo y resistencia física, los médicos le decía que había perdido 20 kilos en poco más de un mes porque "ha dejado de comer para llamar la atención", "exagera", le llegaron a decir.
Rocío, que ha contado el caso también a través de un hilo de Twitter, denuncia que a su madre "no solo le arrebataron su derecho a pelear", sino que también le quitaron "su dignidad", así como su derecho a una muerte digna, a tener cuidados paliativos y, lo que es igual de importante, a su derecho y del de sus familiares "al consuelo".
A partir de ahora y con el dolor todavía incrustado en sus recuerdos, Rocío ha comenzado una larga batalla legal que sabe desigual y dura en la que no tiene todas las de ganar pero que ha decidido emprender por respeto a su madre y para que la Sanidad no se convierta en un capricho cuya lotería de pruebas y diagnósticos nos condenan a vivir con miedo y desesperanza.