Entre el enfado y el dolor el padre de Marta del Castillo ha atendido a los medios a las puertas de su casa de Sevilla. “Sospecha” de la Justicia que tras autorizar la geolocalización de los móviles de su hija y Miguel Carcaño ha decidido cerrar un caso para el que dice, no había plazos. “Alguien tiene miedo de que salga un teléfono o de lo que se pueda encontrar”.
Antonio del Castillo se ha preguntado hoy “qué es la Justicia, al menos en Sevilla”. No comprende que un juez que da permiso para geolocalizar los teléfonos de su hija y de su asesino confeso, Miguel Carcaño, “después se retracte. Es sospechoso”.
"Lo único que me dice a mí en la cabeza es que el juez en un principio metió la pata y alguien le ha dicho, 'estoy hay que terminarlo como sea. No queremos remover más mierda'. (…) Se están tapando el culo unos a otros".
“Hay tanta cosa que pasa ahí entre toga y toga de la que no nos enteramos…”, ha seguido Antonio del Castillo antes de asegurar que “alguien tiene miedo de que salga un teléfono o de lo que se pueda encontrar”.
Para la familia de Marta del Castillo no tiene explicación que se abriera una causa aparte para buscar el cuerpo “a la que no se le puso fecha y ahora se le pone”.
La Audiencia de Sevilla ha cerrado dicha pieza separada abierta en 2009, al considerar que el plazo para investigar ya está caducado. Es decir, según la Ley de Enjuiciamiento Criminal, se cierra por vencimiento del plazo de instrucción y ante la ausencia del informe del perito sobre la geolocalización de los móviles de la joven sevillana y su asesino confeso.
Una tecnología, la del rastreo de los teléfonos, disponible desde 2015, según ha señalado Antonio del Castillo y que nadie se preocupó en aplicar al caso hasta que un periodista informó de su existencia.
Emocionado, el padre de Marta del Castillo ha concluido sus declaraciones afirmando que "no vamos contra nadie, solo quiero encontrar el cuerpo".