La Sección Séptima de la Audiencia de Sevilla juzga a cinco acusados, entre los que destaca el caso de un hombre para el cual la Fiscalía pide un total de 24 años de cárcel. Este, junto a su mujer y a su hija, hizo creer a un matrimonio que era la reencarnación de San Francisco Javier para residir en la casa donde vivía con sus dos hijos. Una vez allí, sometieron a los dos menores, un chico y una chica de entonces 11 y 14 años, a continuos malos tratos y abusó de la mayor con la excusa de someterla a rituales religiosos para “limpiarla”, según publica Diario de Sevilla.
Según el auto de la Fiscalía, el principal acusado, Javier S.M., junto con su mujer, Inmaculada R.C., y su hija, Inmaculada C.S., aprovecharon la “vulnerabilidad emocional” en la que se encontraban el matrimonio formado por Esther B.T. y José Antonio D.L., para en 2017 instalarse en su domicilio.
Al parecer, les dijeron que se instaban temporalmente para poder “cuidar” de Esther B.T., que sufría una depresión severa. Esto obligó a los hijos del matrimonio, de entonces 11 y 14 años, a dormir en el suelo.
La familia anuló completamente la voluntad del matrimonio: no tenían “ningún control sobre el dinero de sus cuentas bancarias o sobre el gasto diario de la familia, ni sobre las actividades o pautas para la formación de sus hijos, y tampoco podían tomar ninguna decisión que no fuera aprobada por los procesados”.
En ese contexto, el autodenominado ‘Santo’ sometía a la familia a distintos ritos, llegando, incluso, a causarles quemaduras. Además, los hijos menores, sufrían malos tratos físicos y psicológicos.
A la chica, llegó a amenazarla con golpear o matar a su perro si “no se sometía a sus deseos”, llegaron a denominarla “la veneno” y a decirle que tenía dentro el “maligno”. Les amenazaban también con separarles de sus padres y enviarles a un lugar que denominaban “la orden”. Esta situación se prologó durante más de dos años.
El ‘Santo’ abusó de la menor hasta en dos ocasiones, en 2016 y 2017, con la excusa de “limpiarla”. Además, la impidió contar lo ocurrido advirtiéndole que no la iban a creer.
En el año 2018, el acusado hizo que la niña dejase de estudiar para ponerla a trabajar como asistenta en una casa de Marbella. Precisamente, en la casa donde trabajaba contó lo que le sucedía y estos denunciaron el caso.
Por todo ello, Fiscalía achaca a los cinco acusados la condición de supuestos coautores de los dos delitos contra la integridad moral y de maltrato habitual, achacando exclusivamente a Francisco Javier S.M. el presunto delito de abuso sexual continuado a menor de 16 años y a Esther B.T. y José Antonio D.L., conjuntamente, los delitos de abandono de familia.
No obstante, la Fiscalía aplica a estos dos últimos encartados la "eximente completa" recogida en el artículo 20.1 del Código Penal, que exonera de responsabilidad criminal a quien "al tiempo de cometer la infracción penal, a causa de cualquier anomalía o alteración psíquica, no pueda comprender la ilicitud del hecho o actuar conforme a esa comprensión".
En paralelo, considera que para los supuestos delitos contra la integridad moral y de maltrato habitual, atribuidos a todos los encartados, pesa sobre todos ellos la agravante recogida en el artículo 22.2 del Código Penal, relativo al "abuso de superioridad o aprovechamiento de las circunstancias de lugar, tiempo o auxilio de otras personas que debiliten la defensa del ofendido o faciliten la impunidad del delincuente".
Dado el caso, la Fiscalía pide para Francisco Javier S.M., Inmaculada R.C. e Inmaculada C.S. tres años de cárcel por los dos delitos contra la integridad moral, así como cinco años de prohibición de acercarse a las dos víctimas "y a sus padres, tíos y abuelos"; solicitando además para los mismos seis años por los dos delitos de maltrato habitual junto con ocho años más de prohibición de acercarse o comunicarse con las personas ya mencionadas.
Y para Francisco Javier S.M., por el supuesto delito de abuso sexual continuado a menor de 16 años que habría cometido en solitario, solicita además 15 años de prisión y 20 años adicionales de prohibición de acercarse o comunicarse con una de las víctimas "y a sus padres, tíos y abuelos".
Así pues, la Fiscalía reclama un total de 24 años de cárcel para este acusado, por los dos posibles delitos contra la integridad moral, otros dos delitos de maltrato habitual y el presunto delito de abuso sexual continuado a menor de 16 años.
En cuanto a Esther B.T. y José Antonio D.L., merced a la eximente ya mencionada, por los supuestos delitos contra la integridad moral, los presuntos delitos de maltrato habitual y los posibles delitos de abandono familiar, reclama para ellos once años de libertad vigilada que incluyen la prohibición de acercarse al resto de inculpados o comunicarse con ellos, la "obligación de participar en un programa de terapia para personas objeto de abuso psicológico por grupos coercitivos" y su "custodia familiar".