"Completamente destrozadas". Así se encuentran las sanitarias que trabajaron con Teresa Rodríguez Llamazares, la enfermera vallisoletana de 23 años asesinada en Bruselas presuntamente por su expareja, César, un guardia civil de 24. La joven, "apasionada" de su profesión, había trabajado en el Centro de Hemoterapia y Hemodonación de Castilla y León antes de trasladarse a Bruselas.
Su directora, Lydia Blanco, la recuerda como una joven "encantadora" y "muy amable", "apasionada" de su trabajo y con "muy buena disposición". De hecho, se fue a Bruselas en busca de un futuro profesional. Quienes trabajaron con ella, ha dicho al Diario de Valladolid, están "completamente destrozadas" por el crimen.
Desde la Facultad de Enfermería de la Universidad de Valladolid, donde estudió la joven, han mostrado su repulsa por el crimen. "Acompañamos a toda su familia en estos difíciles momentos", han escrito en su cuenta de Twitter.
El Ayuntamiento de la ciudad, por su parte, guardó el viernes por la mañana cinco minutos de silencio a las puertas del Consistorio puesto. La mujer asesinada era hija de un conocido y querido funcionario que se jubilaba precisamente ese día.
Además, en el Consistorio también hay una gran indignación por el silencio que se está guardando desde la Subdelegación al ser el presunto autor un guardia civil adscrito a la comandancia de Valladolid.
Cabe recordar que la noche del jueves, un agente de la Guardia Civil asesinó presuntamente a cuchilladas a Teresa Rodríguez. El joven había viajado hasta la capital belga, donde trabajaba la víctima, para que esta retomase su relación con él. Ante la negativa de ella, este la mató y se tiró por la ventana.
La Fiscalía confirmó el viernes haber encontrado sobre las 8:30 a una joven de 23 años en un apartamento de la Rue du Midi, una calle en el centro de Bruselas.
El guardia civil, actualmente detenido, ya prestó declaración ante el juez de instrucción de Bruselas y se negó a dar más detalles sobre el suceso.