Miguel, un joven canario, era muy bueno haciendo parkour, pero sufrió un accidente y quedó tetrapléjico y postrado en la cama de un hospital, donde lleva ingresado tres años. Necesita ayuda para sobrellevar su dependencia y una vivienda digna y adaptada, pero sigue esperando una solución.
El joven era entrenador de parkour: 12 años surcando los aires. Hasta que sufrió su peor caída. Practicando "una acrobacia", sufrió "una lesión medular" que le "produjo una tetraplejia", cuenta. Desde entonces vive en el Hospital Insular de Gran Canaria, en una habitación, sin poder moverse de cuello para abajo. "Tenía toda mi vida planeada. He pasado por momentos bastante complicados", agrega Miguel.
No existen residencias adaptadas y su familia no puede acogerle como quisiera. "Debería estar en una vivienda adaptada. Necesita cuidadores y es dependiente de un respirador, cuenta su madre. Desde la cama pide colaboración para organizar un concierto benéfico, "un conciertazo". Porque aún tiene muchos saltos que dar. "Soy una persona joven, ambiciosa y emprendedora", sentencia Miguel, que sigue luchando con una valentía de mucha altura.