La familia de Aimar, el bebé secuestrado en el Hospital de Basurto, pasó 11 horas de angustia hasta que la secuestradora lo abandono en el felpudo de una familia. El pequeño de dos días de vida está bien. “Estaba alimentado”, dijo la familia que lo encontró. La secuestradora, una mujer de 24 años, que fue detenida, envió fotos a familiares y amigos del niño. Les había dicho que estaba embarazada.
La Policía vasca ha encontrado en el registro de la casa de la mujer muchos enseres y productos infantiles. La joven de 24 años le había contado a su familia, amigos y conocidos que estaba embarazada. Según una vecina “vivía con una pareja”.
Durante el tiempo que tuvo a Aimar, de apenas dos días, con ella mandó fotos y vídeos a su familia y amigos para presentárselo.
La joven está aún en dependencias policiales. Será un juez quien determine cuál es su estado mental cuando preste declaración.
El bebé, Aimar, ya está con sus padres. Apareció en el felpudo de una vivienda familiar del barrio bilbaíno de Santutxu, donde alguien lo dejó y llamó al timbre antes de salir huyendo. “Estaba bien alimentado, con su pijamita y todo”, dijo la familia que lo entró y llamó a la policía.
Aimar, que fue sometido a una revisión médica, está perfecto y de nuevo con sus padres, una pareja de 30 años que tiene otro bebé de tres.
La secuestradora parece que lo tenía todo planeado porque fue vestida de enfermera para pasar desapercibida. Así engañó a los padres del recién nacido. Les dijo que tenía que hacerle unas pruebas y se lo llevó de la habitación. Para cuando se dieron cuenta de lo sucedido era muy tarde. Ya había abandonado el recinto del hospital.
Un hospital que insiste que investiga ya qué pasó pero que señala que tiene un protocolo para evitar que estas situaciones ocurran. Entre ellas está la norma de nunca separar a los bebés de sus hijos. Las pruebas médicas se hacen siempre que se puede en la habitación y si no es posible un padre, o persona autorizada, puede acompañar al niño en todo momentos.