Ingresa para operarse de la espalda y muere de malaria en el Hospital de Vic

Samuel Gómez, un vecino de Prats de Lluçanès, en la provincia de Barcelona, ha muerto de malaria tras ingresar en el Hospital de Vic, sano, para operarse de la espalda. Su familia denuncia lo sucedido porque no quiere que se repita. Hay una investigación abierta para tratar de esclarecer cómo y dónde pudo contagiarse.

A sus 74 años, Samuel Gómez entró en el quirófano del Hospital de Vic para una operación de espalda, ya que tenía afectadas las vértebras L1 y L2, y eso le producía un dolor, a veces, incapacitante.

La intervención fue bien y en cinco días estaba de alta en su casa de Prats de Lluçanès. Empezó a caminar muy pronto, “primero iba con el andador. Luego ya lo intentaba sin él”, cuenta su hija Pilar al diario El País.

La fiebre alta lleva al paciente a urgencias

El 17 de agosto el hombre empieza a sentirse mal. Le da fiebre alta y acude al centro de salud primero y después a urgencias. Está hipotenso, respira de forma acelerada y los análisis muestran un trastorno en la coagulación de la sangre pero nadie puede pensar que sin viajar pueda tener malaria.

Su situación se complica en el hospital poco a poco, donde descartan todo tipo de enfermedades como meningitis bacteriana, lesiones intracraneales... Hasta que cuatro días después sufre un choque séptico e ingresa en la UCI. Es ahí donde un análisis de sangre revela que tiene malaria cerebral, la peor versión de esta patología, que provoca al año medio millón de muertes en zonas del trópico.

La malaria cerebral se produce cuando el parásito que causa la enfermedad supera la barrera hematoencefálica, que protege el tejido cerebral, explica al citado diario Manuel Linares Rufo, presidente de la Fundación iO, especializada en Medicina Tropical y del Viajero. La malaria cerebral tiene mal pronóstico. Uno de cada cinco enfermos muere.

Cómo se contagió Samuel Gómez

El Hospital de Vic tiene dos informes que descartan las dos formas de transmisión de la malaria más probable. El primero niega la posibilidad del contagio mediante transfusiones de sangre ya que las donaciones en España siguen un estricto control y los dos donantes de Samuel Gómez “desde enero de 2022 no han viajado fuera de España y no reportan ningún problema de salud”. Además, los análisis realizados no han hallado rastro de anticuerpos frente a la malaria en las muestras.

El segundo informe, hecho por el equipo de inspección entomológica del Consejo Comarcal del Baix Llobregat trasladado a el Prat de Lluçanès y a Vic para colocar trampas de mosquitos en los alrededores de la casa de Samuel y del hospital. Capturaron varias especies pero a ninguna de las dos que en España podrían de transmitir la malaria: Anopheles atroparvus y Anopheles plumbeus.

El Hospital de Vic ha asegurado al diario El País que también han “revisado los 11 casos de malaria importada en pacientes que habían viajado a zonas endémicas atendidos en el hospital entre los meses de junio y septiembre. Pero no hemos encontrado ninguna incidencia, coincidencia de personal o espacio, u otro factor que nos indique el posible foco del contagio”.

El centro sanitario admite que pudo ser “un contagio nosocomial”. Es decir, una minúscula e imperceptible gota de sangre en el instrumental, un objeto sin esterilizar por completo… A veces pasa aunque parezca increíble. Un informe del Centro Europeo Para el Control y Prevención de Enfermedades (ECDC), identificó en 2016 y 2017 seis contagios nosocomiales, dos de ellos en España.

“No ha sido un mosquito, no ha sido la sangre, nadie aquí ha tenido la enfermedad... ¿Dónde la puede haber cogido, si no? Denunciamos esto para que no le pase a nadie más”, se pregunta Pilar.