Bego, la ordenatriz publica 'Limpieza orden y Felicidad' (Editorial Planeta). En él da consejos de todo tipo pero en este época en la que se acerca el cambio de armario nada mejor que fijarse en ellos. Precisamente ahora estamos disfrutando de un veroño no esperado, pero en unos días empezarán a bajar las temperaturas y llegarán las lluvias, lo que nos obliga a plantearnos que, tarde o temprano, tendremos que hacer cambio de armario para sustituir la ropa de verano por la de otoño e invierno.
Da pereza solo con pensarlo. ¿Por dónde empiezo? ¿Qué me quedo? ¿Qué elimino? ¿Cómo coloco las cosas para que sea cómodo? Tener orden es clave. Estos son solo algunos de los consejos de la Marie Kondo española.
El armario es uno de los espacios de almacenaje en los que más objetos inútiles acumulamos. Los ‘por si acaso’, las prendas de temporada que no hemos vuelto a usar, ese pantalón que no nos sirve pero que guardamos con la esperanza de poder volver a usar algún día... Hay ropa que no hace sentir incómodos e incluso culpables, bien porque nunca la usamos, bien porque no nos gusta y sentimos que en su día gastamos dinero inútilmente en ella, bien porque verla nos recuerda que ya no nos sirve, bien porque nos hace revivir momentos tristes o negativos... Los motivos son muchos, pero la solución es idéntica: deshacernos de ella sin piedad. No todo el mundo está de acuerdo con estos métodos y los hay que apuestan por ser un desastre como beneficio para aumentar la credibilidad y la resiliencia
Pero si apuestas por el orden y lo que necesitas es un estímulo para dar el paso, piensa que hay muchas personas que podrían darle una segunda vida a esas prendas y, que de esa forma, serían mucho más útiles que acumulándose en tu armario. Puedes donarlas a cualquier institución e incluso venderlas: afortunadamente, el mercado de ropa de segunda mano está cada vez más asentado, y hacer uso de esta vía no solo nos permite ahorrar dinero, sino alargar la vida útil de un objeto y romper con el consumismo que lo rodea.
Para decidir qué tirar y qué se queda, nada mejor que el método Konmari, diseñado por la japonesa Marie Kondo. Su lógica es sencilla y, a la vez, absolutamente genial: deshacernos de todo aquello que nos genere sensaciones incómodas o negativas para que el espacio en el que vivimos sea más agradable y feliz. Algunos lo usan ya hasta para terminar las relaciones.
Para llevarlo a la práctica, debemos "escuchar” lo que nos transmite cada prenda y atender a las sensaciones que nos provoca para decidir si es mejor que se vaya o si debemos mantenerla. Para ello, basta con sostenerlas una a una en nuestras manos durante unos segundos. Así, lo primero es variar tu armario y limpiarlo en profundidad. Luego te tocará dedicar unos segundos a cada prenda de ropa y, una vez que hayas cribado aquello que sobra, organiza su contenido clasificándolo de la forma en que te resulte más cómodo, útil e intuitivo.
En cuanto a la forma de organizar los elementos que se quedan, lo recomendable, según el método de Marie Kondo, es reservar el espacio de más fácil acceso a las prendas que usamos más a diario y relegar a un lugar menos accesible las que utilizamos menos, incluso utilizando armarios secundarios.