En las terrazas de bar El Apoderado y bar La Almazara en Gibraleón, Huelva, ambos hoy cerrados, las velas recuerdan el lugar en que quedó tendido el cuerpo de Javier, el joven fallecido tras un atropello múltiple. Este pasado domingo un hombre embistió a varias personas que estaban sentadas en las terrazas de dos bares contiguos, dejando un muerto, Javier Martín de 32 años y seis heridos.
La Guardia Civil está tomando declaración, a la espera de análisis de sustancias y alcohol, al autor del atropello, quien los testigos aseguran que antes de acelerar advirtió de lo que iba a hacer: "Ya no vais a hablar mal de mí” Al parecer, el individuo con numerosos antecedes, es un viejo conocido y delincuente habitual.
No se trata de un acto organizado o terrorista, creemos que no había un objetivo concreto, destacan desde la Guardia Civil, "de la declaración que haga el detenido sabremos si fue intencionado o no". Tras el brutal atropello, dos agentes de la Guardia Civil recorrieron la zona buscando testigos y tomándoles declaración.
Lourdes Martín, alcaldesa de Gibraleón, explica que está todo el pueblo conmocionado porque nunca había ocurrido un suceso como este y ha mostrado sus condolencias por la pérdida de Javier, quien destaca que era muy querido en el pueblo.
Tras la autopsia se espera que el cuerpo de Javier sea trasladado al tanatorio de Gibraleón.
Informativos Telecinco ha hablado con los heridos y con sus familiares directos, todos están fuera de peligro, pero algunos permanecen ingresados. Las víctimas de lo sucedido en Gibraleón tardarán tiempo en recuperarse físicamente de lo sucedido, pero las secuelas psíquicas serán lo más duro a superar.
Los vecinos del pueblo destacan que les podía haber tocado a cualquiera, porque era un día más con la gente sentada en las terrazas. Cree que fue al azar, no buscando a nadie en particular.
Aurora Ballesteros, vecina y testigo, cuenta que a ella le dio un ataque de nervios cuando oyó los golpes, se asomó a la ventana y vio toda la gente en el suelo llena de sangre. El fallecido estaba justo debajo de su ventana.
Otro de los testigos, José Ramos, recuerda cómo fue el accidente, conoce a los padres del agresor, quienes tienen una frutería, y del agresor señala que ha tenido otros problemas en el pueblo.
“Cuando hay un hijo con problemas, son los padres los que sufren” comenta una vecina estremecida por lo sucedido porque le podía haber pasado a ella “me suelo sentar mucho en esa terraza”
Juan Bayo, otro testigos del atropello indica por dónde entró el coche a mucha velocidad, asegura que el conductor estaba metido en "tema de drogas" y “debería estar en la cárcel”
Bayo reconoce que no ha podido dormir porque el fallecido era su amigo, “era una excelente persona y en el pueblo lo quería todo el mundo”