"No veáis lo que he llorado cuando me han enseñado la piel y los restos del perro", ha salido la reacción de Miguel Ángel Revilla, presidente de Cantabria al hablar de Luci, su mastina amiga a la que veía al subir a Brañavieja. El presidente suele posar en su muro con perros. Atila, acompañó al presidente en la portada de uno de sus libros ('¿Por qué no nos queremos?').
Una de las fotos 'caninas' más recurrentes en su cuenta es la suya con una bolsa en la mano y un trozo de carne en la otra dando de comer a una mastina en La Joyanca, cerca de Alto Campoo. Pero la mastina ha sido devorada por los perros. "No veáis lo que he llorado hace un mes cuando me han enseñado la piel y los restos del perro. Si alguien me sigue en Facebook sabrá que soy un enamorado de los perros".
"Hay un mastín que vive subiendo a Brañavieja en la última explotación ganadera que hay antes de llegar, con unos potros. No abandona el recinto salvo cuando ve el coche mío, que sabe que le llevo carne. Y sale. Tendré con él cincuenta fotos. Una manada de lobos lo mató. Los mastines...". Luci pudo morir intentando defender al ganado.
La admisión por parte del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria (TSJC) de la medida cautelar solicitada por la Asociación para la Conservación y Estudio del Lobo Ibérico (ASCEL) va en contra de la ideal del Gobierno regional, que lleva meses inmerso en una campaña contra la inclusión del cánido en el LESPRE y contra el Ministerio de encabeza Teresa Ribera. “En una balanza lobo-persona yo soy partidario de la persona”, ha sentenciado el presidente, quien ha asegurado que Cantabria “irá a todas las instancias judiciales para defender los controles del lobo”.