Pilar lucha porque su hija, muerta antes de nacer, exista en su libro de familia: "Mi hija no es abortiva y tiene nombre"

Pilar y Diego han sufrido un de los golpes más duros que pueden vivir unos padres, el fallecimiento de su hija. Pero con una diferencia que les rompe el alma. Ellos no han podido pasar el luto, con sus lentos procesos, sino que se han visto obligados a luchar contra todo el entramado de una legislación que no reconoce a su bebé.

Pilar había llegado a la semana 38 de gestación cuando comenzó a notar que estaba de parto. Ella y su pareja llegaron al hospital Viamed de Sevilla para por fin ver la cara de su pequeña Pilar, pero el momento de felicidad se truncó cuando les dijeron que no había latido en su bebé. El mundo entero se les vino encima. “Ahí empezó nuestra lucha y nuestro horror”, comentan a Informativos Telecinco.

Pilar habla de un sentir encontrado en ese paritorio junto a otras mujeres que están dando a luz a bebés sanos. Un sentimiento que una madre no puede olvidar. “En el parto, que hice en los paritorios, durante el tiempo que estuvimos esperando, no estoy segura si escuchamos a cuatro o a cinco niños nacer. Nosotros estábamos esperando y de verdad, escuchábamos a los niños llorar y tenía el sentimiento encontrado de alegrarme por esas familias, pero es que yo voy a dar a luz ahora y la mía..."

En los hospitales españoles no existen unas salas a parte o unos protocolos para atender a las madres que tienen que dar a luz a sus bebés sin vida, un proceso doloroso al que tienen que hacer frente las parejas solas.

Pilar tuvo suerte porque una amiga suya que pasó por lo mismo trabajaba en el hospital.  Ella se encargó de que la pareja pudiera llevar el proceso de la mejor de las maneras: “Nos vistió a la niña con su ropa para que nos pudiéramos despedir y que después nos pudiésemos quedar con esa ropa para tenerla de recuerdo. Ella habló con mi hermana para que nos comprara un lienzo blanco donde puso las huellas de la niña, de hecho, lo tenemos en casa enmarcado con las huellas de ella de los pies y de la mano, para tener recuerdos”

“A nosotros nos dieron un lienzo con sus huellas, pero por mi amiga, si no hubiera estado mi amiga, ¿nos lo hubieran hecho?”, se pregunta Pilar. Reconoce que tener sus cosas les “sirvió de mucho y creo que igual que a mí, deberían de facilitárselo a cualquiera que pase por ello”.

Esos objetos y esos recuerdos sirven para visualizar a la persona que se han ido y hacen más llevadero un duelo tan terrible.

Pilar obtuvo la baja por maternidad, pero a Diego le denegaron la prestación

Pero la lucha de esta pareja de sevillanos no hizo nada más que empezar. Tras ser dada de alta, Pilar comenzó la baja de maternidad que le corresponde por ley. El artículo 30 del Código Civil otorga la prestación de maternidad tras 180 días de gestación.

En cuanto a Diego, el padre de la bebé, se le aprobó la baja por paternidad, pero le fue denegada la prestación que otorga la Seguridad Social.

El caso de Diego suele ser la excepción, porque en otros casos similares, al hombre o pareja no gestante se le deniega tanto la baja como la prestación, otra de las reivindicaciones que piden cambiar para aquellos que pierden un hijo en edad avanzada de gestación.

En ese momento creo que lo menos que nos correspondía es estar peleando

“Él llamó al trabajo y le mandaron el papel de la Seguridad Social sellado con sus cuatro meses, pero después la prestación la denegaron. Nos hemos metido en juicio con la Seguridad Social. La fecha nos la han dado para febrero del 2025… en este momento creo que lo menos que nos correspondía es estar peleando”.

El registro no los inscribe en el libro de familia

En la lucha por obtener los mismos derechos uno y otro, decidieron acudir al registro civil, algo que los llevó a una nueva batalla con la administración: “Fuimos a coger el papel de defunción de la niña y lo que nos dan es un papel de declaración y parto de alumbramiento de criatura abortiva, sin nombre ni apellidos, los datos que vienen son míos, de ella no viene nada, ni tampoco del padre”

Su impotencia fue total. “Entiendo de verdad que, si tienes un aborto de seis semanas o de ocho, te duele porque es tu hija o tu hijo, pero entiendo que no están formados, pero en la semana 38 es que ya es una persona”, señala.

Los registros civiles españoles no consideran hijo a ese bebé fallecido antes del nacimiento (que hayan pasado la edad gestacional de 6 meses) y por tanto no los inscribe en el libro de familia.

Mi hija no es una criatura abortiva, no, no y no, claro que no, mi hija se llama Pilar,

“Mi hija no es una criatura abortiva, no, no y no, claro que no, mi hija se llama Pilar, tiene padre, madre, tíos, abuelas, primas que la aman, es un bebe precioso, el cual he tenido durante 38 semanas dentro de mí, moviéndose, respirando, sintiendo, en definitiva, viviendo.

"Los padres que vivimos este mal trago ya tenemos bastante con vivir este traumático momento como para también tener que seguir viviéndolo por leyes. No queremos tanto, solo queremos que nuestros hijos estén en nuestros libros de familia, que conste en ellos. Aunque para quien no haya vivido ese momento no pueda entender la importancia que tiene, para los que lo hemos vivido tiene una importancia enorme porque nos ayudaría en nuestro duelo, a sanar nuestra alma y corazón.”

Diego y Pilar empezaron a luchar a título personal, pero luego conocieron a más familias que habían pasado por la misma situación y decidieron unir fuerzas por una lucha en común, sus hijos.

Pilar ha removido cielo y tierra para que las cosas cambien, ha intentado ponerse en contacto con partidos políticos, ministerios, registros civiles, y la única respuesta que ha tenido tras continuas idas y venidas es nada. "Otros compañeros que se encontraron en la misma situación me dicen que suelen contestar si solicitan la inscripción y se la deniegan, no cuentan con más posibilidades de inscribirlo"

Desde la plataforma Change.org hay un movimiento de padres y madres que recogen firmas para que las leyes y la administración reconozcan a sus hijos. 

Pilar sabe que para ellos la lucha está perdida, pero buscan "que las parejas que vengan detrás no vean en un papel lo de criatura abortiva, porque es dañino"