Mariano Turégano copa titulares en las televisiones y no es para menos. Esta vez es para una buena causa: dar visibilidad al estado de muchas residencias, concretamente la suya: la Residencia y Centro de Día de Moscatelares. Lo ha hecho de una forma muy particular. Acudiendo al pleno del Ayuntamiento de San Sebastián de los Reyes con un escrito que es la voz de 140 compañeros que viven el mismo dramático día a día.
El deseo es que su alegato, emocionante, doloroso y tenaz, logre lo mismo que hizo Carlos San Juan, el hombre de 78 años impulsor de la campaña 'Soy mayor, no idiota' por un trato "más humano" en los bancos.
Informativos Telecinco ha entrevistado a Mariano, que se mantiene sereno hasta que habla de su mujer, que se encuentra en la misma residencia que él en la planta 1 con alzheimer: "A saber qué les harán, yo la pregunto cariños qué has comido, pero me dice no sé", dice con la voz quebrada. "Porque nosotros protestamos, ¿pero ellos?". Y recuerda que la batalla viene de largo, que ya muchas veces les han dicho que todo se iba a solucionar, pero al final, como Mariano dice "ha quedado todo en agua de borrasca". Aún recuerda cómo era la residencia antes de la pandemia, "se comía bien, era fabuloso con comidas extraordinarias y aperitivo y todo y daba gusto salir al jardín", pero ahora "falta personal, si falta uno por vacaciones o enfermedad andan a matacaballo. He visto a una enfermera sola para todas las plantas".
Respecto a la comida, Mariano recuerda que hace tres meses "entró una empresa nueva y ya nos dijeron que todo iba a cambiar. Tuvimos unos días que sí, pero luego seguimos fatal. Un día nos dieron unos garbanzos que eran balines, sin cocer. Lo mismo el garbanzo no era malo, pero... y escaso, no llegaba para todos". Nos quejamos mucho, pero es difícil. Los robos están a la orden del día, a mí me quitaron 50 euros, y hay que decir que pagamos, esto nos cuesta mucho y no es gratis. Y no digo nada de la farmacia que es el no va más. Llevamos año y medio que nadie hace nada".