Miles de ciudadanos británicos están dando su último adiós a la reina Isabel II. Muchos de ellos salen emocionados, entre lágrimas, después de despedirse de la que ha sido su reina durante 70 años. Hay algunos que incluso han acudido en más de una ocasión, como es el caso de esta mujer confiesa que ha visitado el ataúd de la reina Isabel II en la catedral de St Giles en Edimburgo al menos siete veces. Elizabeth Sabey, de 43 años y profundamente cristiana, confesó a la cadena británica BBC que allí "hay algo divino y es profundamente conmovedor". Por ello, la mujer hizo en multitud de ocasiones la extensa cola para poder ver de nuevo a la monarca. "La reina Isabel II fue tan notable... insustituible y quería presentarle mis respetos, pero fue más que eso, fue una experiencia que simplemente no quería perderme. Cada vez que he vuelto... ha sido tan hermoso".
Además, ha asegurado que es una "experiencia única" y que es como "formar parte de la historia", así mismo a afirmado que la catedral tiene una atmósfera especial, "a veces he entrado y han estado rezando o han estado cambiando los guardias a su alrededor. Es una experiencia única en la vida, y cuando vas solo una vez es como si solo quisieras recordarlo".
La devota que ha estado visitando la catedral hasta el traslado de la reina hacia Londres, le dijo a la publicación que sintió la "presencia de Dios" durante la visita. Y que esto era gracias a la monarca, "ella no es solo una figura decorativa, en realidad es una representante espiritual que realmente caminó en la vida de Jesús de una manera pura, humilde".
Los restos de la difunta reina ya van camino al palacio de Buckingham, dónde se espera que unas 750.000 personas acudan a despedirse de la monarca, cuyo féretro permanecerá cinco días en Westminster Hall. Por ello, algunos ya hacen cola para recibir a Isabel. Como es el caso de Vanesa, la primera persona de la cola para mostrar sus respetos en Londres a la reina Isabel II. "He querido venir con flores y expresar mi respeto, y lo he querido hacer antes de que venga mucha gente". Otros reconocen que necesitaban expresar sus condolencias y a rendir tributo a una reina que para muchos era ya parte de su familia.