La imagen del barco semihundido tras colisionar con otro en Algeciras nos ha hecho temer lo peor. A pesar de que todos recordamos la marea negra del Prestige, hay otros menos conocidos que duplican los daños que provocó el vertido del buque petrolero en aguas gallegas, como los vertidos tóxicos en la Ría de Huelva y El desastre de Aznalcóllar, que se registran entre los peores ocurridos en Europa.
La historia de los desastres ambientales en España se remonta a los años 70 cuando un buque vasco encalló en la ría del Burgo, en Galicia. Desde entonces, estas tragedias para la naturaleza se han repetido con graves consecuencias para los ecosistemas.
En 1976, el buque bilbaíno de Urquiola provocó una de las peores catástrofes ecológicas de España al sufrir un accidente a la entrada de la ría del Burgo, en Galicia, y quedar atrapado en las rocas.
Una serie de malas decisiones terminó con la explosión del buque y el vertido de más de 100 000 toneladas de crudo que afectaron a las rías de Ferrol, Betanzos y Ares.
A pesar de que unas 4.500 toneladas fueron recogidas del agua y en las orillas de las playas el combustible acabó con la pesca durante una temporada y los químicos dispersantes usados dañaron sensiblemente la fauna marina.
Otra de las catástrofes provocadas por vertidos, esta vez químicos procedentes de fertilizantes, usados durantes años ha ocurrido en el Mar Menor, en Murcia en 2019. Cientos de animales muertos en las orillas por falta de oxígeno, peces con comportamientos alterados eran el resultado de aguas contaminadas, sin vida , tras décadas del vertido tóxico de desaladoras y de la industria agrícola de la zona .
Los políticos y administradores públicos ignoraron las advertencias de ecologistas que llevaban años avisando crisis medioambiental en el Mar Menor que colapsó con más de 300 000 toneladas de nitratos en este acuífero del Campo de Cartagena.
La Ría de Huelva ha sido otro espacio seriamente dañado por el vertido de 4 millones de metros cúbicos de aguas tóxicas de la empresa Fertiberia, que terminó depositados en el fondo de la ría.
Greenpeace y otras organizaciones ecologistas consideran que al menos 120 millones de toneladas de lodos tóxicos, ocupan una extensión de casi siete kilómetros y y la contaminación sigue afectando a entornos naturales tan valiosos como las Marismas del Odiel, y Doñana. El Parlamento Europeo declaró este caso como la contaminación industrial más grave de Europa.
El desastre de Aznalcóllar ocurrió tras un vertido accidental de 5 millones de metros cúbicos de lodos tóxicos y aguas ácidas en el parque nacional y Natural de Doñana, en Andalucía, el 25 de abril de 1998, al romperse la Balsa Minera de Aznalcóllar.
Cantidades importantes de cadmio, zinc, plomo y azufre y otros contaminantes se desbordaron sobre los ríos Agrio y Guadiamar, llegando a afectar al parque natural de Doñana afectando a 4600 hectáreas con un impacto contaminante cien veces superior al del hundimiento del Prestige, el petrolero que en 2002 .
El vertido de combustible dañó una zona de especial importancia ecológica, como las Rías Bajas, y además era una zona de notable industria pesquera, por lo que el desastre ecológico fue de grandes dimensiones.
El petrolero Prestige fue uno de los desastres ecológicos más graves de nuestro país al hundirse frente a las costas de Galicia en 2002. Cuando el barco se encontraba navegando, con 77. 000 toneladas de petróleo a bordo, a 52 kilómetros de Finisterre, Galicia, cuando un temporal provocó una avería en el casco del buque.