La nadadora australiana Jessica Smith no había tenido una buena relación con las prótesis desde un accidente infantil que le causó fuertes quemaduras, pero sus mayores miedos están siendo desafiados por una nueva mano biónica fabricada por una empresa británica que se puede actualizar de forma remota en cualquier parte del mundo.
Cuando era pequeña sus padres le colocaron una prótesis para ayudar con su desarrollo, pero el dispositivo hizo que volcara un hervidor de agua cuando era una niña pequeña, causándole quemaduras en el 15 por ciento de su cuerpo.
Tras muchos años sin ningun nuevo dispositivo en su brazo izquierdo, su curiosidad se despertó cuando Covvi, una empresa de Inglaterra dedicada a la creación de estas prótesis se acercó a ella para probar su Nexus.
Sabiendo que sería un desafío emocional, Smith probó este dispositivo a los 37 años. Las manos biónicas convierten los impulsos eléctricos de los músculos de la parte superior del brazo en movimiento impulsado por motores en la mano, lo que permite al usuario llevar a cabo movimientos muy precisos como sostener un vaso, abrir una puerta, recoger un huevo o incluso maquillarse.
“Algunos niños me han preguntado si puedo hacer diferentes gestos con las manos, algunos educados y otros no tan educados”, dijo. Además, asegura que la tecnología no solo estaba cambiando su vida, estaba cambiando la vida de sus tres hijos, que la ven como una supermamá mitad robot, mitad humana, “piensan que es increíble y que soy mitad robot mitad humana”.