Los vecinos de varios pueblos afectados por las llamas del incendio de la Vall d'Ebo han despedido entre aplausos i vítores a los bomberos y brigadistas que este viernes abandonaban la zona tras declarar estabilizado el fuego.
Han sido más de 12.100 hectáreas calcinadas en un perímetro de terreno de unos 100 kilómetros. Se han vivido momentos de extraordinario peligro para los profesionales que luchaban contra las llamas debido a la difícil orografía del terreno, el fuerte calor y, sobre todo, las fuertes y cambiantes rachas de vientos que han avivado las llamas constantemente.
Por eso, los vecinos no han querido desaprovechar la ocasión tras la marcha de estos especialistas para mostrarles su agradecimiento por haberse jugado la vida protegiendo sus viviendas, propiedades y cultivos.
Algunos han relatado las dificultades vividas estos días en la lucha contra las llamas y la desesperación ante el avance del fuego a pesar de las extenuantes horas de trabajo para lograr sofocarlas.