Para sofocar las llamas es fundamental la labor de los medios aéreos. Está siendo el verano más duro de los últimos años para el Grupo 43 del Ejército del Aire, dedicado a la extinción de incendios. En lo que llevamos de año ya han participado en 132 fuegos, entre ellos el de Bejís. En algún momento han llegado a estar en seis al mismo tiempo.
Ante el fuego, héroes por tierra y aire. Prueba de que está siendo un verano lleno de incendios es que el Grupo 43 no ha dejado de volar. “Este verano ha sido el que más han volado en 50 años de existencia de la unidad”, ha afirmado la ministra de Defensa, Margarita Robles.
Con difíciles maniobras y en lugares complejos cargan seis mil litros de agua en apenas doce segundos. Después, vuelta a las llamas.
“Han trabajado en unas condiciones de mucho riesgo para su condición física”, ha hecho hincapié la ministra.
Sin descanso, llevan más de dos mil horas de vuelo y han intervenido en 132 incendios este verano.
“Hacemos lo que el deber nos marca y además lo que nos gusta”, ha explicado Miguel Oliver, jefe del Grupo 43 del Ejército de Aire.
Un trabajo excepcional e imprescindible. En el Ejército del aire tienen claro el objetivo y el lema de su trabajo: “Apaga y vámonos”.