Con los pantanos a solo un tercio de su capacidad por culpa de la sequía, muchos pueblos se están planteando sus conocidas 'fiestas del agua' en la que la celebración y el jolgorio corre parejo al derroche de miles de litros de este preciado elemento.
España se ahoga y el racionamiento en muchos zonas es extremo. Hay lugares en los que el suministro de agua solo dura dos horas lo que obliga a los habitantes a racionar de forma extrema su uso y consumo. Por eso no es extraño que este mes de agosto, algunos pueblos dejen de celebrar estas singulares fiestas ante la necesidad de no malgastar.
En el caso de Vilagarcía de Arousa (Pontevedra) su tradicional Festa da Auga vuelve al origen con los cubos de agua pero se despedirá de las mangueras de Praza de Galicia y en Conde Vallellano. Las autoridades de este municipio han planteado que el formato que se presenta este año es "adaptado a las circunstancias" y "más tradicional". En esta edición, los principales protagonistas serán los cubos de agua que tiran los vecinos desde sus balcones dentro de la denominada Zona Húmeda.
Tampoco renuncian a su famosa Banyà los vecinos de Torremanzanas en Alicante donde el lunes se mojarán con sequía o sin ella ya que su ayuntamiento ni siquiera se ha planteado cancelarla.
Los que sí han renunciado a estas batallas han sido ayuntamientos como el de Molinaseca en Léon o en Fuenteheridos, donde tampoco tendrán sus famosos toboganes en las calles porque en la sierra de Aracena es donde más están sufriendo a diario los cortes de agua.