El temor a los pinchazos se multiplica mientras sigue el misterio: ¿Por qué no se detectan las sustancias inoculadas?
Las denuncias de sumisión química y pinchazos en fiestas y discotecas dispara el temor y la inseguridad
Solo en las últimas 48 horas en la Comunidad Valenciana se han efectuado siete denuncias por pinchazos
¿Cómo actuar en caso de sufrir un pinchazo en una discoteca?
Las denuncias por sumisión química y pinchazos en fiestas y discotecas están disparando la inseguridad y el temor de muchas mujeres. Solo en las últimas 48 horas se han registrado siete más en la Comunidad Valenciana: dos en Xàtiva (Valencia), otras dos en Denia (Alicante) y tres en Vall d'Uixó (Castellón). En todas ellas coincide que no se ha conseguido encontrar sustancias en las denunciantes, aunque aseguran haberse desvanecido y haber sentido esos pinchazos. Ante los últimos casos, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, ha declarado que a los que hagan estos hay que tratarlos como criminales y optimizar la atención a las víctimas.
Mientras los pinchazos se multiplican, por su parte, los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado piden calma. Pueden estar usando jeringas precargadas como las de la insulina o adrenalina, incluso punzones, alfileres o agujas.
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“No tenemos la identificación o alguien que nos pueda marcar un perfil en concreto del posible agresor o agresora”, explica Josu Bujanda, jefe de la Ertzaintza, ante las denuncias que también se han registrado en el País Vasco.
¿Qué sustancias se están inoculando en los pinchazos? ¿Por qué no se detectan?
Sobre las sustancias inoculadas, también hay misterio: solo una menor de Gijón dio positivo en MDMA. Todo el mundo habla de éxtasis líquido o ketamina, difíciles de encontrar con el paso de las horas. Sin embargo, tendrían que usar agujas muy gruesas y tardar al menos 20 segundos en inocular.
Por el momento, no ha habido ningún pinchazo relacionado con intento de agresión sexual o robo.
“Hay un fenómeno de emulación cuando ocurren cosas de estas”, explica Ricardo Franco, de la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao. Sea causar terror sexual, sea moda, los agresores deben tener en cuenta que es un delito: “Han de ser tratados como un delincuente”, subraya Ximo Puig. Solo el hecho de pinchar ya está causando que las víctimas estén en riesgo de contraer algún tipo de infección, incluido el VIH.