Hay objetos cotidianos que necesitan su propia limpieza y mantenimiento pero que, por sus características, suelen generar dudas acerca de cuál es el mejor modo de hacerlo. Es el caso de lo colchones: este elemento de nuestro hogar, tan necesario como aparatoso, no puede limpiarse de cualquier manera, ya que hay que tener en cuenta sus dimensiones, su composición... así como evitar que en el proceso se pueda acumular humedad en su interior por utilizar líquido directamente sobre él. Si quieres saber cuál es la mejor forma de limpiar tu colchón y de evitar manchas, toma nota de estos consejos.
Es posible que no hayas reparado en ello o que no se te ocurra pensar en tu colchón a la hora de hacer la limpieza en casa, pero si tenemos en cuenta que pasamos alrededor de un tercio de nuestra vida sobre él, es probable que cambies de perspectiva. Si quieres evitar manchas en tu colchón, lo mejor es prevenir y usar fundas (mejor que sean transpirables) durante todo el año. Así evitarás, entre otras cosas, las huellas de sudor que pueden aparecer durante el verano si tan solo usas una sábana de algodón. Siempre será una buena inversión hacerte con fundas intercambiables que puedas lavar a la vez que el resto de la ropa de cama.
En el caso de las personas que suden mucho, puede ser buena idea usar fundas impermeables, al menos durante los meses de altas temperaturas, aunque es cierto que este tipo de funda no ayuda a rebajar la sensación de calor. Lo mismo se aplica a niños pequeños y bebés, que pueden mojar la cama con facilidad. Estas fundas suelen contar con una capa de plástico que evitará que la suciedad y la humedad lleguen al colchón, evitando las desagradables manchas que tanto cuesta quitar.
Además, ten en cuenta que, incluso aunque uses una funda protectora, el colchón irá acumulando polvo y ácaros con el tiempo, por lo que es conveniente limpiarlo al menos un par de veces al año o incluso más (especialmente si queremos evitar alergias). Cuando procedas a quitar el polvo de tu colchón, aprovecha para darle la vuelta.
Puedes eliminar el polvo fácilmente con una aspiradora: muchas incorporan accesorios pensados específicamente para la limpieza de superficies de este tipo, como pueden ser sofás, sillas tapizadas... También conviene aprovechar para dejarlo ventilar durante unas horas: al fin y al cabo, se trata de un material que transpira. Por eso también es recomendable dejar pasar un rato hasta que hagamos la cama una vez nos levantemos: así la humedad y el calor acumulados se liberarán, evitando la proliferación de bacterias.
Si ya es demasiado tarde, dos productos estrella para eliminar manchas de los colchones son el vinagre y el bicarbonato. Si usas vinagre, mezcla una parte con dos de agua y frota la mancha con esta solución, enjuagando con un paño húmedo. En el caso del bicarbonato, bastará con un par de cucharadas en el equivalente a un vaso de gua.
Aplícalos con un paño, esponja o cepillo e intenta que la presencia de agua sea lo más pequeña posible, ya que ésta podría penetrar en el colchón y producir moho. En cualquier caso, espera a que se seque completamente antes de cubrirlo con fundas o ropa de cama, y elimina el producto de limpieza que utilices con un paño húmedo pero escurrido
Si tienes un limpiador a vapor, tu colchón es el lugar perfecto para darle uso: te ayudará a limpiarlo en profundidad y a eliminar bacterias y ácaros de un plumazo. Eso sí, asegúrate de dejarlo ventilar y secar todo el tiempo necesario antes de usarlo. Por último, no olvides el poder desinfectante del sol: si expones tu colchón al sol directo durante varias horas estarás ayudando a eliminar todo tipo de microorganismos.
Recuerda también que de poco servirá mantener tu colchón impoluto si el resto de elementos de tu cama no se encuentran en el mismo estado. Por eso es importante lavar al menos cada temporada almohadas, nórdicos y colchas. Eso sí, consulta el etiquetado antes de meterlos en la lavadora: es posible que debas llevarlos a la tintorería.