Síntomas de alerta ante la apnea del sueño, un drama para el 8% de la población española
La apnea del sueño afecta a nuestro descanso y calidad de vida, y puede provocar otras enfermedades
Entre los síntomas más comunes de la apnea del sueño encontramos la excesiva somnolencia diurna y los ronquidos intensos
La apnea del sueño es un síndrome que afecta a alrededor de un 6-8 por ciento de la población en España y, aunque puede no ser peligroso, sí afecta a nuestra calidad de vida, al condicionar la calidad del sueño, que no es algo de vagos sino física y mentalmente necesario. Por eso conviene ser consciente de sus síntomas y, en su caso, tomar las medidas adecuadas para evitar efectos indeseados. En este artículo te contamos cuáles son los síntomas de la apnea de sueño y cuándo debes acudir a un especialista.
¿Qué es la apnea del sueño?
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El síndrome de apnea del sueño consiste en una dolencia relacionada con la respiración y el sueño que tiene su origen en el colapso repetido del tubo respiratorio superior. El resultado es que se producen pausas en la respiración durante el sueño, debidas a la limitación del paso de aire hacia los pulmones durante el sueño. Así, la causa más común es la obstrucción parcial o completa del flujo del aire respirado provocada por la relajación de los músculos que rodean la garganta y lengua.
Este colapso de las vías respiratorias puede originar una interrupción completa, con una obstrucción total del lumen de la vía aérea (apnea), o parcial, con una reducción del flujo aéreo (hipopnea). La permeabilidad faríngea, es decir, mantener la vía aérea abierta, depende de los músculos dilatadores, que se contraen durante cada inspiración para evitar que la vía aérea superior (VAS) se cierre por colapso. La VAS se ocluye debido a la caída del tono muscular de los músculos dilatadores durante el sueño, lo que lleva al estrechamiento u obstrucción total.
Las consecuencias directas de estos episodios son el descenso repetitivo en la saturación de oxígeno de la sangre y los despertares transitorios y recurrentes del sueño causados por el aumento de esfuerzo respiratorio, lo que provoca una reducción en la calidad del sueño.
Cuando todos estos trastornos se acompañan además de manifestaciones clínicas, como una excesiva somnolencia diurna (ESD), alteraciones neuropsiquiátricas, metabólicas, respiratorias y cardiacas, aparece el síndrome de apneas e hipopneas del sueño (SAHS).
La apnea del sueño es un síndrome que puede resultar peligroso para la vida del paciente, ya que se asocia con un latido irregular del corazón, alta presión sanguínea, ataque cardíaco, y apoplejía.
¿Cuáles son los síntomas de la apnea del sueño?
Según recoge el Informe ‘Evaluación sanitaria y socioeconómica del síndrome de apneas e hipopneas del sueño (SAHS) en España’, elaborado por la Sociedad Española del Sueño, los síntomas más comunes que se han descrito relacionados con el SAHS son:
- Excesiva somnolencia diurna
- Ronquidos intensos
- Sueño no reparador
- Asfixia nocturna
- Irritabilidad
- Cefalea matutina
- Sequedad orofaríngea
- Nicturia
- Pérdida de memoria
- Depresión
- Disminución de la libido (menos frecuente)
- Enuresis (menos frecuente)
Esta dolencia afecta más a hombres que a mujeres, más a personas mayores que a jóvenes, más a personas con exceso de sobrepeso, y también a quienes padecen hipertensión. También quienes tienen el cuello muy ancho, los fumadores o personas con problemas, condicione o anormalidades en las vías respiratorias. Muchas veces es la persona con la que compartimos las horas de sueño quien puede darse cuenta de esta circunstancia. Si notas algunos de estos síntomas, es conveniente que visites a un especialista que pueda recomendarte el tratamiento más adecuado para tu caso.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico del SAHS requiere el registro de múltiples señales fisiológicas durante el sueño. El test diagnóstico de referencia, considerado como patrón estándar para la detección del SAHS, es la polisomnografía (PSG). Dicha prueba consiste e registrar de forma simultánea diversas variables neurofisiológicas (electroencefalograma, electrooculograma y electromiograma mentoniano) y respiratorias (flujo oronasal, esfuerzo respiratorio y saturación de oxígeno sanguíneo, etc.) También se realiza en un laboratorio de sueño por un técnico especialista.
Si bien es la prueba de referencia, a su vez tiene el inconveniente de ser menos accesible. Dada la alta prevalencia del SAHS, se hace necesario considerar otros métodos diagnósticos más simples en determinados casos. Los dispositivos portátiles pueden ser un método alternativo aceptable para el diagnóstico en los sujetos con una alta probabilidad pre-test de, al menos, SAHS moderado o grave, y que no tengan una alteración cardiopulmonar.
La poligrafía respiratoria (PR), que consiste en el análisis de las variables respiratorias y cardiacas sin registrar las variables neurofisiológicas, puede ser una alternativa aceptable para los pacientes con una baja probabilidad clínica de SAHS, para descartar la enfermedad, y en los enfermos con una alta probabilidad diagnóstica.
¿Cómo se trata la apnea del sueño?
Según la Sociedad Española del Sueño, “asistimos a un momento de amplificación en las herramientas terapéuticas con la incorporación de sistemas de presión positiva continua en la vía aérea (CPAP), con monitorización telemática e incorporación de software de ventilación no invasiva y algoritmos de tratamiento inteligentes”.
Además, la apnea de sueño recibirá también una aproximación terapéutica con el empleo de dispositivos de avance mandibular, tratamientos posturales o terapias de actuación sobre la vía aérea superior. La CPAP (por sus siglas en inglés; en español ‘Presión Nasal Continua Positiva de Vías Respiratoria’) seguirá siendo pieza fundamental en el tratamiento de las apneas de sueño y verá incrementada su aplicación en otros pacientes, pues “las innovaciones tecnológicas simplificarán su uso para otros campos, como la cardiología o la pediatría”.
En este momento de gran avance científico organizativo surgen también desafíos relevantes que están destinados fundamentalmente a resolver también aspectos ligados a la eficiencia diagnóstica y terapéutica y al establecimiento de criterios que disminuyan la variabilidad diagnóstica y garanticen la adecuada indicación y cumplimiento de los tratamientos, y que permitan contribuir al coste-eficacia en el SAHS.
¿Cuáles son los efectos de la apnea del sueño en nuestro día a día?
La excesiva somnolencia provocada por el SAHS dificulta las tareas que requieren vigilancia, pudiendo resultar en una disminución de la productividad laboral y en una pérdida de empleo por parte de las personas que lo padecen, debido a una hipersomnia no deseada recurrente en el entorno laboral.
El SAHS se asocia a otras consecuencias, como el deterioro de la función cognitiva, especialmente en tareas que requieren un alto grado de concentración, como es la conducción, los cambios de humor o personalidad, y el deterioro de la calidad de vida.
Otros resultados en salud asociados al SAHS, con gran impacto en la utilización de recursos sanitarios, son la hipertensión arterial, las enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares, y los accidentes de tráfico. También se ha evidenciado un aumento de la mortalidad en esta enfermedad.