El periodo estival, aunque nos ha dado un cierto respiro, llegó hace unos días con una ola de calor asfixiante. Aunque también tiene ciertos efectos negativos sobre la salud, fueron muchos quienes en ese momento echaron en falta tener aire acondicionado en el hogar.
Afortunadamente, en el caso de los vehículos ya todos vienen con ese lujo. Aunque, mejor dicho, se trata de una necesidad veraniega de la que abusamos. El motivo está claro, nuestro bolsillo. Y es que, a diferencia del aire acondicionado en la vivienda, el sistema en los coches no tira de electricidad y no supone un gasto en nuestra factura cada mes.
No es extraño que podamos de repente empezar a sudar porque el aire acondicionado del automóvil no funciona o no enfría como es debido. Ante esta situación, debemos mantener la calma en la medida de lo posible y ver los probables motivos para luego actuar en consecuencia.
La suciedad o el desgaste en el filtro del aire acondicionado puede provocar daños tanto a los vehículos como a las personas que los utilizan. Esto sucede porque el filtro corroído esparce suciedad en el coche y, además, no permite una correcta regulación de la temperatura.
Como resultado, pueden incrementar las enfermedades respiratorias y las alergias y se hace un mayor gasto de combustible, ya que el dispositivo no enfría lo suficiente.
Además, ten en cuenta que la mayoría de los filtros no han recibido mantenimiento durante la larga pandemia de covid, por lo cual todavía pueden acumular virus y bacterias. En este caso, seguramente tendrás que llevar el vehículo al taller para que lo revisen y, casi seguro, cambien los filtros.
La falta de gas es el motivo más común de que el aire acondicionado no enfríe. Las causas pueden ser varias: canalizaciones agrietadas, radiador del sistema dañado, filtro de aire sucio o que el compresor, encargado de enfriar y mover el aire que accede al interior del coche, tenga algún fallo. Por lo tanto, hay que revisar en este caso los componentes y ver si hay algún fallo en ellos. Si no se observa nada raro, simplemente bastará con recargar el gas.
La fuga en el refrigerante es otro motivo que además puedes ver tú mismo sin acudir al servicio mecánico. ¿Cómo? Pues si observas manchas de aceite alrededor de los conductos del sistema. En este caso, no queda otra que cambiar los conductos por otros nuevos.
La suciedad o un fallo en el motor también pueden propiciar que el aire acondicionado del automóvil no enfríe. Como indicábamos, la suciedad que se acumula en el filtro, en el ventilador interior y en el intercambiador exterior puede taponar el sistema y por eso no enfría, ya que el aire no circula bien. También hay un truco para descubrirlo: se nota mal olor cuando se enciende el aire acondicionado.
En cuanto al fallo en el motor, es para los vehículos que tengan climatizador, es decir, que enfría y calienta. En este caso, el problema podría estar en el motor eléctrico que mezcla el aire caliente y frío en los climatizadores.