Cuando llega el verano y las altas temperaturas, el uso de aire acondicionado se convierte en un básico para miles de personas, especialmente para quienes sufren en mayor medida las consecuencias del calor. Sin embargo, no hay que olvidar que el uso de este aparato conlleva posibles riesgos para nuestra salud, tanto por su uso excesivo como por un mal mantenimiento del equipo, así como por utilizar una temperatura demasiado baja que contraste en exceso con la temperatura ambiente. No está de más recordar que abusar del aire acondicionado tambien tiene consecuencias para nuestro bolsillo, especialmente en un escenario de inflación como el actual. Existen alternativas a su uso que pueden ayudarte a evitar, entre otras cosas, los riesgos de dormir con el aire acondicionado puesto.
Las altas temperaturas, los días más largos y el aumento del número de horas de exposición solar... En verano nuestros hogares pueden convertirse en pequeños hornos en los que se hace difícil estar cómodo y descansar. Por eso muchos españoles optan por invertir en un aparato de aire condicionado, un electrodoméstico que, bien usado, puede resultarnos muy útil y ayidarnos a sobrellevar el calor. Eso sí, hay que tener en cuenta ciertos consejos de mantenimiento y de cuidado de la salud para evitar sus efectos nocivos.
Por ejemplo, se recomienda no descuidar la limpieza de los filtros (al menos una vez al año) y vigilar la salida de agua del aparato, así como su limpieza en general. También es importante evitar poner el aire al máximo, uno de los errores más frecuentes al utilizarlo: no solo generarás un contraste de temperatura excesivo, sino que harás que la factura de la luz suba como la espuma, al generar 'picos' de actividad necesarios para alcanzar la temperatura deseada.
Subir el termostato de 20 a 24ºC una temperatura suficiente para mantener fresca una estancia garantiza un ahorro de unos 20 euros al mes en la factura eléctrica. Se calcula que por cada grado que se sube, se ahorra un 10 por ciento. Además, cuando el aire acondicionado esté encendido es importante mantener cerradas todas las ventanas y bajar las persianas donde incidan directamente los rayos del sol. Utilizar un aparato con etiqueta energética A++ o A+++ supone una mejora significativa en la eficiencia, sobre todo si incluye un modo de Ahorro Energético que supone otra reducción de hasta el 30 por ciento de la factura.
En cuanto a los riesgos para la salud por dormir con el aire acondicionado puesto, si usamos el aire acondicionado durante la noche de forma inadecuada (por ejemplo, a una temperatura muy baja), nos estaremos exponiendo a todo tipo de dolencias y enfermedades. Teniendo en cuenta que, durante la noche, las temperaturas bajan por la ausencia de incidencia del sol, siempre será preferible ventilar de forma natural, por ejemplo, manteniendo abiertas las ventanas y haciendo uso de protectores antimosquitos (y otros insectos) si este es el motivo que te lleva a no optar por esta vía.
Por ejemplo, es frecuente que aparezca sequedad en el ambiente (algo que puedes solucionar colocando un humidificador) y que, al estar descansando, no repares en ello. La sequedad no solo afecta a tus vías respiratorias, sino también a tu piel. Si la temperatura es muy baja, también pueden aparecer contracturas musculares, especialmente si te encuentras cerca de una corriente de aire frío directa (por ejemplo, si tienes un aparato en tu habitación que incida en la cama). En los casos más graves, pueden producirse incluso parálisis faciales.
Lógicamente, los problemas respiratorios son los más frecuentes cuando abusamos del aire acondicionado durante la noche: alrededor de un 20 por ciento de los catarros y demás enfermedades respiratorias durante el verano tienen que ver con el aire acondicionado. Especialmente en el caso de niños y personas mayores, conviene no arriesgar y mantener el aire acondicionado apagado o a una temperatura agradable durante la noche. En cuanto a las alergias, si quieres evitarlas, mantén siempre limpio el filtro del aire acondicionado.