Deshecha en lágrimas, Marisol Burón, madre de Marta Calvo, ha declarado en la Audiencia Provincial de Valencia, donde ha detallado qué ocurrió el día que desapareció su hija y los posteriores. Es la undécima sesión del juicio por el asesinato de la joven de 25 años que desapareció el 7 de noviembre de 2019 en Manuel, Valencia, tras mantener relaciones sexuales con Jorge Ignacio Palma, quien reconoció que la descuartizó tras una muerte fortuita y quien está acusado de haberle quitado la vida. "Necesito su cuerpo", ha dicho la mujer, señalando al acusado: "Me ha robado a mi hija y me está robando mi duelo". Tras ella, lo ha hecho su padre, Sergio Calvo, y los caseros de la vivienda donde falleció la joven.
Marisol Burón ha recordado que su hija estaba ejerciendo de “escort durante una temporada” y ha contado lo que ocurrió entre el 6 y el 7 de noviembre de 2019, cuando sucedieron los hechos: “Me dijo que estaba con un chico y me mandó la ubicación. Al día siguiente pulsé la ubicación y no sabía ni dónde estaba Manuel”.
La comunicación con su hija era constante y que no respondiera a sus llamadas y mensajes era “raro”. “Era la primera vez que no contactaba conmigo”, ha dicho, recordando que esa noche “estaba tranquila porque pensaba que estaría durmiendo. Pero la llamé y el teléfono estaba apagado. Yo ya no podía más, porque decía: 'Aquí ha pasado algo'”.
Dejó pasar la noche, pero al día siguiente le “dio un ataque de ansiedad al ver que no respondía” y, a las 18 horas, después de trabajar, partió a Manuel siguiendo la ubicación que le había mandado Marta Calvo.
“Cuando llego allí, en aquella casa veo que hay luz y dije: 'Menos mal que mi hija está ahí dentro'. Llamé al timbre pero no contestaron. Les pregunté a unos chicos en la calle si sabían quién vivía ahí. Y me dijeron que era un chico raro y que no tenían contacto con él. Volví a llamar al timbre y continuaba sin abrirme la puerta", ha relatado.
Volvió a llamar porque un trabajador de un taller le contó que vivía el hijo de un matrimonio. Finalmente, abrió la puerta y “con toda la frialdad del mundo” cuando le preguntó por ella, respondió: “No conozco a Marta”.
"Me dijo: 'No está aquí. Puedes entrar y verlo", recuerda. Pero, Marisol Burón se fio de él y se marchó. “Tengo la pena de decir ¿por qué no pasé? Porque igual mi hija aún estaba allí", ha dicho.
Dejó pasar el fin de semana y el domingo denunció su desaparición a la Policía Nacional, ha dicho, señalando que los agentes le dijeron que dedicándose a lo que se dedicaba podría estar en otra parte. "Me puso una denuncia de mala gana, de siete líneas, y porque le insistí al policía", ha afirmado. De hecho, en un momento determinado tuvo que volver a rectificar la dirección y, cuenta, le dijeron: "¿A que ya ha aparecido?". Le dijo que no. "Tenía la esperanza de que mi hija me iba a llamar".
El martes, regresó a Manuel, pero en la casa ya no había nadie y, cuando preguntó por Jorge Ignacio Palma, los vecinos le dieron el teléfono de los caseros de la casa, quienes no fueron “transparentes” con Marisol Burón. No le dijeron ni el nombre de su inquilino.
Recuerda que un amigo de Marta le dijo que tenía amigos en la Policía Nacional, por lo que se fue a Paterna con él. "Me dijeron que el caso lo llevaría la Guardia Civil en el cuartel más próximo a Manuel. Fui allí y les dije que tenían que tener el caso allí y me dijeron que no. El guardia civil abrió el correo y efectivamente, el nombre de mi hija estaba allí. Y aún no habían hecho nada", ha dicho. Entonces le llamó un cabo y declaró durante cinco horas. “Usted nos ha hecho la mitad del trabajo”, le dijeron, informándole de que el caso pasaría a la Unidad de Homicidios en Valencia.
“El jueves me llaman los caseros diciéndome que si se había entregado, porque tenía el teléfono apagado”, ha recordado. No lo hizo hasta 21 días después. “Ese día fue el peor día de mi vida", expresa, añadiendo que "tiré el teléfono al suelo. Me volví loca porque no podía creer lo que me estaban diciendo".
"Es muy fuerte que diga que se encontró muerta a mi hija y que la descuartizó. Eso hay que oírlo. Eso lo tiene que oír una madre. Me volví loca. Porque mi hija era incapaz de hacerle daño a nadie. Era todo bondad. Ayudaba a todo el mundo. Y que te digan eso. Que la estén buscando en contenedores. Porque dice que la tiró en bolsas. ¡Como si mi hija fuera basura!", ha declarado Marisol Burón muy afectada.
"Me ha robado a mi hija y me está robando mi duelo. Yo no puedo vivir así. Esto es una muerte lenta para una madre. Yo no quería vivir, yo quería morirme. Pero pensé: 'Si yo me muero, ¿mi hija qué? Tengo que hacerle justicia", ha señalado.
Jorge Ignacio Palma está acusado de matar también a otras dos mujeres, –Arliene Ramos y Lady Marcela Vargas-, así como de pretender lo mismo con otras ocho entre el verano de 2018 hasta el 7 de noviembre de 2019, fecha en la que presuntamente acabó con la vida de Marta, cuyo cuerpo aún no ha sido localizado.
La Fiscalía reclama 130 años de prisión para él por 11 delitos de abuso sexual –tres de ellos como medio necesario para un delito de homicidio y siete para un delito de lesiones–; y un delito contra la salud pública. Incide en que concurre la circunstancia agravante de género para los delitos de abuso sexual y los tres homicidios, al tiempo en que reclama también cuantiosas indemnizaciones para las víctimas o familiares.