Transexual, transgénero, pansexual, no binario o neutro. Las diferentes definiciones de género circulan en bocas de estudiosos, periodistas, insultados e insultadores en redes y en los diferentes medios de comunicación después de la aprobación por parte del Gobierno de la Ley Trans, esa norma que ha puesto a pelear, porque "no las entendemos", "por transfobia", "porque amenaza los logros del movimiento feminista", "porque quieren que no existamos".
¿Por qué en realidad escuece tanto la llamada ley trans? , ¿por qué se siente atacado un sector del feminismo? Hay muchas preguntas y más respuestas en una interpretación diferente del movimiento transgénero. Enfrentar, en el sentido dialéctico, los puntos de vista en el que una parte aboga por defender derechos pendientes de las personas transgéneros y de otra, aquellos que consideran que la ley trans supone el borrado de las mujeres y la invisibilidad de sus luchas y reivindicaciones es uno de los objetivos. Hoy llega al Consejo de Ministros para ser aprobada este 28 de junio en el Congreso.
La ley trans ha fracturado en dos el movimiento feminista en su mejor momento; un libro, 'Nacer en el cuerpo equivocado', se ha vuelto un 'bestseller' después de la protesta del colectivo trans que ha impedido la presentación de la obra en una librería de Cataluña.
La profesora y periodista, Juana Gallego, conocida en redes por sus posiciones contrarias a ley Trans ha visto cómo boicoteaban un Máster en Género y Comunicación que iba a impartir en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB). Las personas trans también han sufrido insultos, han sido asociadas a crímenes y a bulos, que son el resultado de reacciones excesivas a las maneras de ver y analizar el encaje legal de una minoría de personas en la sociedad del todos, todas y todes.
Para elaborar este artículo se han incorporado opiniones de Juana Gallego, profesora y escritora, José Errasti, autor del polémico ensayo 'Nadie nace en un cuerpo equivocado'; Mar Cambrollé, presidenta de la Federación Plataforma Trans, Carla Antonelli, política socialista y reconocida activista por los derechos de la comunidad LGTBI. Si algunas partes de las intervenciones han sido editadas ha sido únicamente para resumir y no hacer demasiado largo este artículo.
Juana Gallego: "La denominada 'ley trans' no es en ningún caso una ley específicamente para las personas consideradas trans, sino que debería llamarse “Ley de Autodeterminación de sexo”, pues lo que plantea es la universalización de la posibilidad de cambiarse de sexo en el Registro Civil sin más trámite que la expresión de la mera voluntad de las personas mayores de 16 años. La ley no define bien quiénes son los sujetos a proteger, porque bajo el paraguas “trans” se cobijan numerosas situaciones. Además, agrupa a las personas trans y a las personas del colectivo LGTBI, cuyas problemáticas son muy diferentes entre sí.
"Es una ley muy inconcreta, que hace un batiburrillo de condiciones dispares, y sobre todo crea una gran inseguridad jurídica, al no estar bien definidos los sujetos que son objeto de protección. Por tanto, si hace falta una ley específica debería estar mucho más definida y ceñida al colectivo al que se dirige, no a la población en general. Con este proyecto de ley en la mano cualquiera podría decir que es 'trans' y cambiar de sexo registral a voluntad."
"¿Qué es la autodeterminación?" -se pregunta de forma retórica la diputada socialista Carla Antonelli-. "Esa palabra que suena tan rimbombante, no es otra cosa que nuestra propia emancipación y esto el movimiento de la mujer de forma global lo conoce muy bien, porque hemos tenido que pasar de la dependencia de nuestros padres a nuestros maridos, a firmar un documento para abrir una cuenta en un banco".
"Lo único que estamos diciendo es 'basta ya' que sea un juez o un psiquiatra quien tenga que determinar que no estamos locas, que somos quien decimos ser. Además, está ley, a diferencia de la de hace 15 años, no es ni la primera ni la segunda en el mundo. En Argentina en 2012 se modificó la no necesidad de una cirugía de nuestros genitales para cambiar nuestra documentación. Y no ha pasado nada de lo que están diciendo, de' fake news', de barbaridades que atentan contra la dignidad de las personas trans, que si íbamos a entrar en los baños de las mujeres, que en Cataluña había 20 presas trans condenadas por delitos sexuales a otras mujeres que tuvo que desmentir Instituciones penitenciarias. Cuando la ley se vote aquí en España no pasará nada. Se ha utilizado de una manera muy cruel y misógina las herramientas que ha utilizado el patriarcado y el machismo de toda la vida hacia el movimiento feminista", señala Antonelli. "Es un enfrentamiento atroz y estéril".
"No sé puede seguir pidiendo un requisito como es diagnóstico de disforia de género, porque ya la OMS en 2018 ya dijo que la transexualidad no era un trastorno mental. El propio Tribunal Constitucional se ha pronunciado a favor de que los menores tenían derecho al cambio de nombre y sexo registral, algo que también ha recomendado desde la Unión Europea", defiende.
Mar Cambrollé, de la Plataforma Trans: "la ley trans es necesaria, una deuda histórica que la Democracia tiene con las personas trans y no es una frase hecha. Esto significa que en 43 años de Democracia no ha habido jamás una política para activar el empleo de las personas trans que sufrimos una exclusión laboral que alcanza cerca del 85% ; no ha habido programas que palien y frenen el acoso en los centros educativos; hemos padecido una atención sanitaria que hasta hace muy poco nos trataba como enfermos mentales".
Cambrollé señala que la Ley de 2007, que teníamos, que en su día era progresista, se ha quedado obsoleta en comparación con la jurisprudencia europea o con las recomendaciones del Consejo de Europa , a los estados señalando que "el cambio legal del nombre, no tenga límites de edad, ni requiera de requisitos pericial o psicomédico, que sería un atentado contra la dignidad de las personas trans."
Juana Gallego: "no está muy claro cuáles son las demandas que hace este colectivo, más allá de la llamada “despatologización” de lo trans, lo que significa que no hace falta ningún tipo de diagnóstico ni documentación que acredite tal condición. Con el redactado actual la ley afecta a toda la sociedad, no solo a las personas trans. Hay barra libre para que se pueda considerar trans cualquiera. No solo afecta a las mujeres o al movimiento feminista. Afecta a toda la sociedad porque se permitiría el cambio de sexo a cualquier persona mayor de 16 años que lo solicitara sin ningún tipo de requisito".
"Para cualquier petición que se haga a la Administración hace falta presentar documentación que acredite la situación: discapacidad, nacionalidad, patrón de residencia, becas, hipotecas, es decir, para todo hay que documentar lo que se quiere conseguir. En cambio para cambiar el sexo registral basta con ir al Registro Civil y declararlo".
Gallego: "esto tendría consecuencias importantes, porque el sexo registral sería que el prevalecería y, por tanto, ¿quién garantiza que no se utilizará por personas que quisieran acogerse a los beneficios que otorga ser de un sexo u otro: por ejemplo, participar en categorías deportivas femeninas, entrar en prisiones de mujeres para tener mejores condiciones, acceder a oposiciones que tengan diferencias pruebas por sexos, acogerse a la reserva de cuotas laborales restringidas....".
"Eso por no hablar de las estadísticas, que recogerían datos inexactos y no reflejarían la realidad social: por ejemplo, los datos de agresiones sexuales por parte de mujeres han crecido en el Reino Unido porque se han sumado muchas “mujeres trans” que han delinquido, por lo que ese dato refleja una situación que no se corresponde con la realidad, pues las mujeres agreden sexualmente mucho menos de lo que las cifras indican".
José Errasti: "No cree que estemos ante la mejor ley que podamos tener de cara a borrar los problemas que hay en la sociedad con la identidad de género, inspirada por una filosofía que no da en el clavo a la hora de entender lo qué es el sexo y lo qué es el género, que impone de forma obligatoria que los profesionales adopten una cierta forma de entender estas cuestiones, realicen unas determinadas intervenciones prácticas que entendemos que no tienen por qué ser las adecuadas ni para todo el mundo".
El autor del autor del ensayo 'Nadie nace en un cuerpo equivocado', cree que la ley "impone ciertas sanciones a quien no haga un enfoque afirmativo sin ninguna indicación de que los profesionales puedan investigar, evaluar, realizar un seguimiento, aplicar sus propios conocimientos, que es lo que se hace en cualquier otro caso".
"Una ley que desde unos dogmas, claramente equivocados de lo que es el sexo y el género pretende aplicar un tratamiento de talla única a todas las personas, sea cual sea su sufrimiento y las variantes que hay en ese fenómeno tan heterogéneo que son las personas trans.
Lo primero que habría que hacer es hacer una reflexión sobre qué es a lo que llamamos personas trans. Este es un sintagma que pretende unificar en un único grupo a un grupo muy heterogéneo de personas a la que sus problemas con un estereotipo sexual no tienen por qué estar cumpliendo la misma función".
"Son situaciones completamente diferentes la que enfrenta una adolescente de 14 años, que tras haber estado un par de año leyendo en redes sociales sobre estas cosas cuenta a sus padres que ha descubierto que es un chico, que el problema que enfrenta un alto Ejecutivo de 55 años, que cuenta a su familia que ha descubierto que es una mujer y quiere ser tratado como una mujer".
Juana Gallego: "Se habla de 'borrado de las mujeres' a una tendencia creciente que se está extendiendo en todo el mundo de sustituir la palabra mujer por eufemismos, tales como 'persona menstruante', 'persona con vagina', 'persona propietaria de útero', 'persona gestante', etc.. Es decir, para no utilizar los procesos fisiológicos propios de las mujeres, para no excluir de la palabra “mujeres” a las mujeres trans (e incluir a los hombres trans, que fisiológicamente son hembras) se recurre a todo un neolenguaje, unas expresiones que “ocultan” todo lo relacionado con las mujeres.
Las mujeres no somos “personas menstruantes”. En cambio, para referirse a los hombres no se está utilizando el mismo tipo de eufemismos. No se les llama 'persona peneportante' o 'persona con próstata'. El borrado de las mujeres significa que para incluir a las “mujeres trans” hay que evitar toda referencia al sexo biológico y a los procesos asociados a él, como la menstruación, el embarazo, la lactancia, la maternidad, etc. Para incluir a las mujeres trans hay que eliminar todo aquello que recuerde la especificidad del cuerpo sexuado, y dar rodeos lingüísticos absurdos. Ese lenguaje ya ha penetrado en textos académicos, normativos, legislativos, educativos, etc."
Carla Antonelli: "El feminismo o es transincluyente o no lo será. Si alguien piensa que la existencia de otro ser humano, su presencia, su proyección, su luz le mueve la tierra debajo de los pies o le cercena algún derecho por el hecho de que viva y esté ahí otra persona, el problema lo tiene el que piensa eso. A mí no me borra nadie y en este planeta todas todos y todes tenemos que tener un espacio."
Mar Cambrollé ve "absurdo y perverso cuando se habla del borrado de las mujeres. La feminista Amparo Rubiales, lo dice muy bien 'cómo nos van a borrar las mujeres trans que son el 1 por 1.000 de la población; si los hombres que son la mitad de la población, y representan al patriarcado no nos han borrado en 21 siglos'.
Cambrollé califica de "bulo que criminaliza y sitúa en la diana a la mujer trans como un sujeto criminal y recuerda que en las cárceles españolas desde 2006 las mujeres trans pueden elegir cumplir su condena en módulos de mujeres y no hay agresiones sexuales. "Las mujeres trans no somos un peligro, las mujeres trans estamos en peligro. Reto en estos 16 años a que den nombres y apellidos de mujeres violadas por trans".
José Errasti: "los estudios demuestran que cuando las disforias corporales se atienden con cariño, con comprensión, con seguimiento, con prudencia, y no con testosteronas desde los 14 años, en una gran mayoría de los casos, estos problemas se resuelven con el crecimiento y con el paso de la adolescencia. La adolescencia es una etapa particularmente delicada y en la sociedad actual con la redes sociales, el porno y el resurgimiento del machismo la adolescencia está siendo una etapa espacialmente difícil y " y esto debería también tenerse en cuenta".
Mar Cambrollé no está de acuerdo en que esta ley quiera operar a los menores, hormonar a los menores. "Qué nos indiquen en qué página, que artículo de la Ley Trans dice eso. ¡Es falso! Los menores no se pueden operar ni hormonar. Lo único que sí tienen contemplados los menores como un derecho es al uso de los inhibidores hormonales, que se usa desde hace años en muchos países con altos índices de positividad ."
En cuanto al deporte de élite señala que "son pocas las mujeres trans que lo practican, es insignificante el número de personas trans, pero además el tratamiento cruzado al que se somete una mujer trans, a la que se le suministra estrógenos, hormonas femeninas y por otro lado, antiandrógenos para anular los índices de testosterona. Las mujeres trans que están con estos tratamientos sus niveles de testosterona pueden estar por debajo de mujeres que no son transexuales. Lo que estamos es perjudicando a las mujeres africanas que de manera natural tienen altos índices de testosterona y ellas sí que están siendo descalificadas".
Juana Gallego está de acuerdo con los autores del libro Nadie nace en el cuerpo equivocado. Considera que esta ideología o tendencia no hubiera tenido tanta aceptación en otro contexto político y social.
"El neoliberalismo, centrado exclusivamente en el individuo como centro de todas las cosas olvida que los procesos sociales no pueden ser cosa solo de las personas aisladas, sino que deben encarnarse en proyectos colectivos. El tema trans pone en primer lugar los deseos individuales, olvidando que solo la lucha colectiva mejorará la sociedad".
En este sentido Gallego considera que "los procesos de emancipación colectivos han sido sustituidos por soluciones individuales. En lugar de intentar cambiar la sociedad, como es mucho más difícil, mejor cambiar al individuo para que se adapte a la sociedad. Por tanto, no solo el transactivismo es producto de las sociedades neoliberales, sino que no es nada transgresor, aunque parezca muy revolucionario".
Al contrario, cree que lo que hace es "reforzar los estereotipos de género, que ahora ya no se interpreta como imposición sino como identidad. Por lo visto hay cosas de mujeres y de hombres, y si no te identificas con los roles atribuidos a los hombres es que eres una mujer. Y al revés. No hay cosas de mujeres y de hombres y no hay una esencia innata que nos defina, ni tampoco existen los cerebros rosas y azules. Se nos quiere convencer de que cada uno tiene un 'Yo' interno que puede o no coincidir con el sexo biológico, pero nadie ha definido todavía en qué consiste esa identidad o sentimiento interior, más allá de referirse a los más rancios estereotipos inventados por el patriarcado. Volvemos a la creencia del alma encerrada en el cuerpo equivocado. Pues no. Las feministas no creemos en almas errantes que se equivocan de cuerpo".
José Errasti opina que "la idea de que se puede nacer en un cuerpo equivocado es un mantra, extendido socialmente. Los psicólogos clínicos lo escuchan a diario en las adolescentes. Hay canciones, documentales que se llaman así; si buscan en internet nacido en un cuerpo equivocado te salen mil cuentas. Es cierto que no todo el movimiento trans afirma que se pueda nacer en un cuerpo equivocado y que cada vez lo afirman menos, ante la barbaridad que supone la idea de que en el momento de la fecundación haya ocurrido un error, mucha parte del activismo trans está reculando, pero esto no implica que haya calado esa frase a nivel social y que los adolescentes, los niños la estén usando constantemente."
Mar Cambrollé contesta a esta percepción. "Es una mujer o un hombre en un cuerpo equivocado. Son frases hechas que en el fondo nos discriminan y nos sitúan en situación de inferioridad y niegan estas identidades como parte de la diversidad humana. Son libros que en su contenido se fundamentan en una ideología negacionista de la identidad, incluso, rayan en una manera sutil en una defensa de las terapias de reconversión. No todo lo que ha dicho la ciencia ha sido acertado.
"La Ciencia también ha dicho que de manera natural las mujeres son inferiores a los hombres, porque son histéricas y que los negros por naturaleza eran inferiores a los blancos. También la Ciencia ha recomendado que para 'curar' la homosexualidad, la transexualidad se pusieran electroshock, la Ciencia no siempre acierta. Es un libro transfóbico, fundamentado en la negación de las identidades trans, como parte de la diversidad humana", señala.
Carla Antonelli: "Una cosa es lo que dice la Ley y otra lo que dicen que dice, pero pocas gente ha ido a leer la ley. Cada vez que se habla de los derechos de las personas trans se levanta un muro de incomprensión y tenemos que construir las escaleras suficientes." (...) "Se acabó la época de que nos raparan el pelo o de que nos dieran una paliza y nos encerraran en una habitación, porque parece que es lo que están volviendo a pedir o que nos curen, porque esas mismas personas están alegando que a las personas trans se nos pueden hacer terapia reparativa."
La activista critica esa insistencia en publicar cuándo una persona trans revierte su proceso de transición a otro sexo. "Es que se nos exige la obligación de ser perfectas? ¿como si no pudierámos dar pasos atrás, como todas las personas? Las personas trans somos el fiel reflejo de la sociedad, entonces por qué se nos exige un nivel de perfección? Con una situación singular se proyecta dando la impresión de que somos un colectivo problemático, violento, abusadores de mujeres. ¡Es terrible!
Juana Gallego considera que: "hemos llegado a este punto, porque ha habido un proceso de ingeniería social que ha consistido en potenciar un movimiento profundamente reaccionario como si fuese lo más transgresor que se pueda imaginar. Si se elimina toda referencia al sexo e incluso si se elimina de los documentos oficiales, algunos suponen que se eliminará la desigualdad entre hombres y mujeres, pero eso es una falacia, porque obviar la realidad de nuestros cuerpos sexuados no elimina que sigamos ocupando posiciones sociales diferentes, y que las mujeres, en todos los ámbitos, tengan mayores dificultades de realización personal que los hombres".
Al contrario, cree Gallego que "eliminar el sexo es el primer paso para difuminar esta desigualdad. La idea de que cada uno puede cambiar de sexo a voluntad no solo es una falsedad, sino que está siendo incentivado por empresas farmacéuticas, la industria médico quirúrgica, grandes corporaciones que investigan sobre la mejora tecnológica del cuerpo, etc. En este tema hay muchos intereses ocultos, y el movimiento transgénero creo que está siendo utilizado por intereses económicos que ni siquiera ellos perciben. Solo hay que ver la cantidad de dinero invertida en “asuntos LGTBI” por fundaciones filantrópicas como Open Society, Arkus Foundation, Gilead Sciences, Gili Foundation, Ford, entre otras, que han ofrecido 209 millones de dólares solo en 2018 en todo el mundo. En 2017 fueron 185 millones de dólares. Estas cifras son públicas."
Carla Antonelli tiene claro que "a nadie se le puede escapar que todo esto ha sido una guerra de espacios y cuotas de poder, donde queda muy lejos cualquier cuestión ideológica. ¿Si en el 2017 al 2019 no supuso ninguna polémica por qué cuándo el ministerio de Igualdad, que es del gobierno, válgame la obviedad, copia y pega literalmente este texto dentro de la Ley Integral Trans, la determinación de género se convierte en polémica? Esto es una gran bola de nieve interesada que cuando lo presentamos en el Congreso todo el mundo calló, pero cuando lo presentó el ministerio de Igualdad se lanzaron todas las lanzas al aire y cayera quién cayera". Todo esto se inicia por unas cuantas personas y luego hay una masa flotante que va absorbiendo todo aquello que esté de moda, en las redes sociales y se adoctrina repitiendo exactamente lo que oyen y si tienes una conversación no saben avanzar más".
José Errasti lanza otro mensaje. "Lo que nos mueve como psicólogos clínicos es encontrar la mejor forma de ayudar a estas personas que verdaderamente están sufriendo. A lo mejor la mejor forma no es a través de lo que pretenden las farmacéuticas y los políticos y analizar mejor qué les está pasando y denunciar los estereotipos sexistas que están de fondo creando estos problemas; a lo mejor la chica que dice que es un chico, sencillamente hay que explicarle que no hace falta ser Kim Kardashian para ser una chica".
De lo que vive en su día a día cree que "hay que luchar a fondo por abolir los prejuicios, hay que criticar el concepto de género, no esencializarlo. No decir que yo soy un varón o una mujer. La forma de abolir es que no tenga repercusiones laborales que un varón lleve faldas o se maquille. No es que se me acepte que yo sea mujer. La forma de abolir el racismo es que una persona independientemente de su raza pueda ir a la universidad, luchar por los derechos de los negros, pero no decir que son blancos."
Mar Cambrollé explica su posición. "Los derechos humanos no se discuten, ni se debaten. ¡Están para respetarlos!. Estamos blindando el derecho a ser diferente, como dice la Constitución, cuando hablamos del derecho a que todos tengamos los mismos derechos . Cuando pase el tiempo la ley Trans será ley y pasará lo mismo que ha pasado con el divorcio, con el aborto, con el matrimonio igualitario, que ha venido a ser de España un país mejor, más inclusivo con una democracia más justa y equitativa."
Juana Gallego quiere dejar claro que "las feministas no estamos contra las personas trans, sino que reflexionamos, argumentamos, analizamos todas las consecuencias de esta situación que he descrito y estamos dando elementos de reflexión para que la sociedad esté mejor informada, pero precisamente por nuestra postura crítica se nos está hostigando, acosando y silenciando bajo la excusa de que somos tránsfobas. No lo somos, solo estamos alertando de unas consecuencias nefastas que esta ideología está produciendo sobre todo en los sectores más vulnerables de la sociedad: criaturas y adolescentes.
"Creemos que hay que dejar a la infancia crecer en libertad, no incentivar la creencia de que porque no se ajusten a los estereotipos de género convencionales es que pertenecen al sexo contrario. Bajo un ropaje transgresor se está tratando de incentivar la conversión de personas sanas en pacientes de por vida a través de los cambios corporales producidos por la hormonación o por la cirugía.
José Errasti: "El movimiento Queer no es un lobby, en absoluto, pero hay lobbys que apoyan ese tipo de ideología. En las redes sociales puedes encontrar un manual transactivista firmado por Dentons, que es el bufete de abogados más grande del mundo y Thompson Reuters, de los cinco grupos mediáticos más grandes del mundo que dicen que no debe haber mínimo de edad para hacer la transición de sexo, que las personas cuando hablen en público deben de unir la identidad de género con la orientación sexual para que se acepte", señala. La terapia afirmativa que promueve la transición de los adolescentes "es el mayor negocio farmacéutico de las últimas décadas.
Carla Antonelli discrepa y lo define de "tonterías" y "teorías conspiranoicas" . "¿Un negocio de las farmacéuticas? si precisamente la ley trans no te obliga a estar dos años de tratamiento hormonal, que ahora si te lo pide." (...) ¡"Estamos hablando de seres humanos, no de política'!.