Desde hace años, en Galicia se ha hablado del método ilegal empleado por algunos pescadores furtivos para coger pulpos: utilizar lejía para obligarles a salir y así capturarlos más fácilmente.
Por primera vez, en una operación policial han dado con imágenes que lo demuestran y que han servido para detener a dos personas e investigar a otras ocho. Se trata, concretamente, de unas imágenes que grabaron los propios furtivos, –cazadores cazados–, y que años después han servido para detenerles.
Con una cámara de grabación submarina, registraron el momento en que, garrafa de lejía en mano, vertían el líquido tóxico en las rocas, logrando que un pulpo saliese de su escondite.
Cuando el octópodo intentaba huir, el buceador lo captura, consumando una práctica cruel e inhumana, –además de prohibida–, de hacerse con el ejemplar.
“Es suficientemente agresivo este líquido para que el pulpo abandone la seguridad de la cueva”, cuenta Fernando Molina, de la Unidad Adscrita a la Policía Nacional a la Xunta de Galicia.
Los vídeos que registraban el momento fueron encontrados en una depuradora clandestina donde los detenidos almacenaban sus capturas ilegales: pulpo y otras especies de marisco que extraían sin permiso de la Ría.
La operación policial, precisamente, se precipitó tras hallar un alijo de 800 kilos de ostras furtivas.
Estas prácticas, denuncian, están arrasando el ecosistema marino, y no solo por la crueldad de los métodos. Los furtivos aprovechan la vedad para hacer su propia campaña. Ninguno de los dos detenidos tenía permiso para mariscar.
Tal como informa La Voz de Galicia, la operación policial arrancó el pasado octubre, cuando los agentes del Erpol (Equipo de Respuesta Rápida Policial), junto con Guardacostas de Galicia, encontraron un pantalán con el citado alijo de 800 kilos de ostras; indicio de actividad furtiva.
Al analizar las subastas que se hacían en la lonja y las cantidades ofertadas, tanto de ostras como de otras especies, los agentes confirmaron sus sospechas y comenzaron a investigar.
Fue de ese modo como comprobaron como varias personas se dedicaban a ‘blanquear’ las capturas y comercializarlas a través de la lonja de Ferrol.
En una de sus investigaciones, localizaron la citada depuradora clandestina, a través de la cual llegaron al vídeo que ahora ha conducido a la detención de los dos implicados, así como a la investigación de otras ocho personas.