Quiero que nadie tenga que compartir habitación con otros pacientes en las últimas horas de vida. Es el objetivo vital de Vanesa Pais tras vivir la muerte de su marido Miguel sin intimidad. Vanesa vio cómo sedaban a su marido, aunque fue siempre consciente de lo que decían porque se "le caían las lágrimas". Vanesa no olvidará nunca esos momentos.
"No fue justo lo que vivimos en esas horas finales. Fue injusto para nosotros y para sus compañeros de habitación", lamenta en La Voz de Galicia. Su marido ingresó el 17 de mayo: "Tenía un hipo insoportable que no le dejaba descansar. La razón era que el tumor había llegado al diafragma, y sabía que lo único que podían hacerle era darle algo para que descansara". De esos momentos de sufrimiento salió un propósito que ya está en Change.org. Y allí cuenta su historia y pide ayuda. Esta es su historia:
"Miguel, te prometo que esto lo voy a luchar hasta el final”. Mi marido estaba sedado, pero sé que me escuchó. Fue lo que le dije en el hospital hace unos días, pocas horas antes de que muriera de cáncer. Es por esa promesa que le hice por lo que he iniciado esta petición y te pido que colabores.
El día 21 de mayo, tras una dura lucha contra el cáncer, mi marido falleció. Ojalá no hayas pasado nunca por esto, pero te aseguro que es la peor de las despedidas. Llorar sobre su cuerpo y en la cama de un hospital… porque los médicos ya no pueden hacer nada más.
"Si esos momentos de despedida son muy dolorosos en cualquier caso, lo son más aún si tienes que vivirlos delante de unos extraños. Porque incluso en las últimas horas de su vida mi marido compartió habitación con otro paciente, sin intimidad para despedirnos, hablándole de nuestras cosas al oído para que nadie más lo pudiera escuchar.
Fue inhumano no solo para mi marido y para nosotros, sino también para su compañero de habitación y sus familiares, que tuvieron que ver fallecer a la persona de la cama de al lado, que padecía su misma enfermedad. Imaginaos lo que se les estaría pasando por la cabeza en ese momento…
Por eso y desde el dolor más grande de haber perdido a mi marido, estoy pidiendo que los pacientes terminales puedan pasar sus últimas horas con la intimidad que ellos y sus familiares necesitan, Y que, como dicta la ley, se garantice una habitación individual para ese momento de tantísimo dolor, para que nadie vuelva a pasar por esta forma de despedida.
Según la Ley de derechos y garantías de la dignidad de las personas enfermas terminales, publicada en el BOE (Ley 5/2015 del 26 junio, artículo 9.2): “Los centros e instituciones sanitarias le garantizarán al paciente en situación terminal, que deba ser atendido en régimen de hospitalización, las mejores condiciones relativas al confort, pudor e intimidad, incluyendo el ámbito sociosanitario y el derecho a la estancia en una habitación individual, salvo que circunstancias excepcionales lo justifiquen.”
Sabemos que en el caso del Hospital Clínico de Santiago de Compostela, donde él falleció, no existen tales circunstancias excepcionales. Los sanitarios que nos atendieron, que se portaron de maravilla hasta el último momento y a quienes no puedo más que darles las gracias, nos dijeron que llevan años reclamándose habitaciones individuales para los últimos momentos de los pacientes, y que hay sitio suficiente porque incluso en los planos iniciales había cuatro habitaciones destinadas para ello que nunca se llegaron a construir.
Por favor, firma para pedirle al Servicio Gallego de Salud (SERGAS) que cumpla la ley que está incumpliendo y ofrezca una solución urgente en este hospital para que los pacientes no tengan que compartir habitación en sus últimas horas de vida.
El cáncer y otras enfermedades son impredecibles. Y, como le ocurrió a mi marido, pueden empeorar en cuestión de horas. Cuando supieron que él fallecería pronto, lo sedaron para que no sufriera más. El protocolo debería funcionar de tal forma que ante casos de fallecimiento inminente, igual que se pone en marcha la sedación, también se desplace al paciente inmediatamente a una habitación individual del mismo hospital. No solo es factible sino que, además, es un derecho del paciente que nadie le puede negar.
Es muy duro para mí mover esta petición, porque me trae recuerdos muy dolorosos, pero debo hacerlo por los pacientes y familiares que vendrán después de nosotros… Y sobre todo por ti, Miguel.
Porque por lo que dijeron los médicos y por tus reacciones... sé que escuchabas todo lo que te decía. Y también escuchaste lo que te prometí.