La cuidadora de María Isabel Asunción, la anciana presuntamente envenenada por su sobrina, que sigue defendiendo su inocencia, y el actor Luis Lorenzo, habría relatado a la jueza que investiga el caso cómo se produjo un empeoramiento en su salud desde que se instala en Rivas Vaciamadrid junto al matrimonio y sus hijos, falleciendo meses después.
Ana Elizabeth ha comparecido en los juzgados de Arganda del Rey durante varias horas ante la jueza de Instrucción número 9 de Arganda del Rey. La magistrada investiga al actor y a su pareja Arantxa Palomino por el presunto homicidio de la anciana de 85 años.
El próximo viernes, la magistrada celebrará una vista con los investigados para decidir sobre si ingresan en prisión a instancias de la acusación particular que representa a la familia de la anciana.
La pareja fue detenida por la Guardia Civil a raíz de una denuncia del hermano de la víctima. El denunciante ha ratificado esta mañana la acusación contra sus familiares, a quienes culpa del supuesto homicidio de Isabel para hacerse con su herencia esgrimiendo que cuando estaba en Grado no tenía ninguna patología salvo una sordera y cataratas.
El relato de la cuidadora es clave para conocer el estado de salud en el que se encontraba la mujer tras instalarse en marzo de 2021 en la vivienda del matrimonio. Isabel falleció meses después, el 28 de junio de 2021.
La autopsia determina que murió por "una intoxicación aguada" de metales pesados; cadmio y manganeso. Recientemente, el fiscal ha solicitado un nuevo informe forense para determinar con exactitud la causa de la muerte.
Tras concluir la declaración, uno de los abogados de la familia ha subrayado que el relato de la persona contratada para los cuidados de la mujer ha sido "inconsistente" en relación con sus primeras manifestaciones en las que hablaba de una situación de dejadez hacia la anciana, a quien se le habría diagnosticado en aquellas fechas una demencia.
En el sumario consta una trascripción de un audio de esta persona el 6 de junio de 2021 en el que se quejaba de la desatención de la sobrina al tener piojos la mujer, indicando entonces que estaba ingresada tras ir al notario, donde a Arantxa le denegaron dar papeles de transferencia de poderes por su mal estado. En otra de las visitas, logró ese poder notarial para poder tener acceso a las cuentas de la fallecida, quien tenía unos 60.000 euros y cobraba una pensión de unos 900 euros.
"La mujer relata su trabajo en esa vivienda. Si una persona no tiene pañales, tiene piojos, si una persona va en silla de ruedas y antes no tenía problemas, son situaciones que nosotros vemos consecuencia de algo", ha subrayado el letrado.
La testigo también habría señalado a preguntas de la jueza y los abogados la medicación que se daba a María Isabel y en la que Arantxa "parece que estaba ahí", según ha recalcado el letrado sin querer dar detalle del contenido del interrogatorio.
Según consta en el informe de autopsia, a los forenses les llamó la atención la presencia de hasta cuatro tipos de psicofármacos, de los que dos estarían prescritos.
"La mujer habla de una situación que se fue modificando. Tenemos una señora que el día de marzo estaba en Asturias, que vivía sola, que era autónoma, que salía, que tenía un huerto, se hacía la comida y meses después resulta que no pudo, dando datos objetivos, ni siquiera hacer un poder por la situación mental que tenía y no era consciente. Esa evolución no es normal", ha indicado.
A preguntas sobre si la encargada de cuidar a la mujer notó algo extraño en relación a un supuesto envenenamiento, el letrado ha insistido en que la cuidadora "ni vio ni dejo de ver", sino que se trata "del empeoramiento de una persona que pasa de estar bien a estar mal", ha reseñado.
En el sumario consta una trascripción de un audio de esta persona el 6 de junio de 2021 en el que se queja de la desatención de la sobrina al tener piojos la mujer, indicando que está ingresada tras ir al notario, donde a Arantxa le deniegan dar papeles de transferencia de poderes por su mal estado.
En otro punto se recoge el testimonio de otro cuidador que comentaba que la mujer no tenía elementos para asearse ni pañales ni esponjas para que se la pudiera lavar.