La familia de Isabel quiere agradecer a todos sus amigos y vecinos de Grado que han colaborado en la investigación contando la verdad, explicando que Isabel era independiente y gozaba de buena salud. “Tenía buena relación con su familia, veía a sus amistades a menudo y quería vivir en su casa de Grado”. En el mensaje al que ha tenido acceso Informativos Telecinco dan las gracias también a los vecinos Madrid que han colaborado con la Guardia Civil explicando cómo fueron los últimos meses de vida de la mujer en la vivienda de los acusados y el trato recibido. Agradecen la labor de los investigadores y explican que quieren evitar que esta desgracia le pueda ocurrir a otra “persona mayor indefensa”.
La familia quieren saber si ha habido un plan para, aprovechándose de la vulnerabilidad de Isabel, conseguir mermar sus capacidades cognitivas y obtener provecho económico a través del testamento y el manejo de sus ahorros en cuentas y depósitos.
Precisamente en la misma dirección apunta el fiscal del caso que ha hecho una petición para que los peritos del juzgado hagan un informe completo de autopsia a través del contenido que ya hay en el sumario; la autopsia definitiva y el informe toxicológico. Quiere que junte las piezas para determinar causa, etiología, tipo y data de la muerte en función de las sustancias halladas en el cuerpo de Isabel. Lo que dice la autopsia es que hay una intoxicación aguda, es decir envenenamiento, por ingesta oral, y que la etiología de la muerte es violenta y homicida. El fiscal asume que la intoxicación que produce el fallecimiento lo producen el cadmio y el manganeso. Pide fijación del momento de la ingesta, si pudo ser prolongado en el tiempo o no. El nivel de cadmio es 200 veces superior a lo normal y correlaciona con el envenenamiento. El hallazgo hecho en sangre significa, según los forenses, que fue intoxicada en las horas cercanas a la muerte. No ofrece duda.
En el informe toxicológico hay cuatro clases de antipsicóticos diferentes y un ansiolítico, todo en sangre otra vez. En el hígado. Significa que estaba tomando todo eso a la vez y hasta el día de la muerte prácticamente. Cuando se le pregunta a neurólogos y psiquiatras de prestigio, el veredicto es brutal. Los protocolos médicos son clarísimos. Solo se puede medicar a una persona mayor de 85 años con un tipo de antipsicóticos y en dosis muy pequeñas porque les demencia. Ningún médico en su sano juicio pautaría todo el cóctel que le estaban dando a Isabel. La sobrina acusada se justifica con los informes médicos, pero no hay un diagnóstico claro y no hay ni un solo especialista que le hubiera pautado todos esos antipsicóticos porque algunos son incluso peligrosísimos para el último de los diagnósticos que aparece. Demencia de los cuerpos de Lewy. Lo utiliza incluso Luis Lorenzo cuando llama al 112 con Isabel fallecida. El último psicofármaco que le recetaron, además de ser de primera generación, estar anticuado y no utilizarse por los peligroso que es, si hubiera tenido ese tipo de demencia, la habría dejado postrada como un vegetal y habría muerto tarde o temprano. En conclusión: ”Si no la mataron los antipsicóticos fue porque fue envenenada antes”, aclaran los expertos consultados.
El fiscal pide también que se aclare si la intoxicación por metales pesados pudo ser causa de la enfermedad degenerativa que se le diagnostica o si son independientes. El descontrol que hay recogido en el sumario es tal que a María Isabel le diagnosticaron tres tipos distintos de demencia; demencia vascular, de los cuerpos de Lewy y Alzheimer. Y cada una se trata con un fármaco distinto. Es imposible que tuviera todas las enfermedades.
El fiscal también pide aclarar las patologías previas que tenía Isabel. Y aquí viene el lío en el sumario. No hay ningún examen neurológico bien hecho, ni hecho. En la clínica privada Nuestra Señora de América, primera visita en agosto de 2020, en Madrid, un informe a mano en el que Arancha Palomino se hace pasar por hija de la fallecida. Según los especialistas que han visto el informe y pueden traducir lo que significa, no le hicieron pruebas necesarias para diagnosticar ningún tipo de demencia. Cuando regresó a Asturias tras esa primera visita sí que hay un médico de cabecera que le hace un examen neurológico y concluye que tiene un deterioro cognitivo leve, el escáner es normal para la edad que tiene, y le quita el primer antipsicótico que de la mano de la investigada Arancha Palomino, le están dando a Isabel.
Cuando se la vuelven a llevar a Madrid el 11 de marzo de 2021 no tarda ni un día en llevarla de nuevo a la clínica privada para que le den otra vez la medicación. Arancha en su declaración dice que su tía ha empeorado, aunque no hay ningún testimonio en Asturias que avale eso. De nuevo sin pruebas adecuadas, el hospital privado o esa doctora que firma, le vuelve a pautar el antipsicótico. Como son muy caros, la sobrina investigada se lanza a la Seguridad Social. Y en el sumario se comprueba el descontrol, la mala praxis y las negligencias que hubo en época de pandemia. Los médicos del ambulatorio, y del centro de especialidades donde se hizo una pequeña comprobación, no exploraron nunca como debe ser a Isabel. Dieron por bueno el informe de la clínica privada y con eso y sin pruebas, le recetaron más antipsicóticos y distintos. Los expertos consultados dicen que un diagnóstico de demencia tarda en hacerse hasta un año, que degenera muy lentamente y que es imposible que en cuatro meses avanzara así. A no ser que una mezcla de antipsicóticos como los que acumuló Isabel la empeoraran y le causaran la demencia. Eso es lo que quiere averiguar también el fiscal. Quiere que los expertos, los peritos se los escriban blanco sobre negro. Que traduzcan el sumario.
Cuando Isabel tuvo infección de orina no le debían dar más antipsicóticos, porque el cuadro confusional es lógico y se reconduce al pasarse la infección. Pero si la sobrina insistió en urgencias y argumentó "está muy agresiva y no duerme..." pudo conseguir de nuevo otra receta para un antipsicótico. También creen que le dio un ictus y el fiscal quiere aclararlo porque el alta voluntaria del hospital lo firma Isabel pero la Guardia Civil dice que la letra es de la sobrina. Quiere saber el fiscal si el ictus influyó en la muerte, aunque el sumario despeja la duda.
El fiscal pide aclarar si ha habido desatención y falta de cuidado. Los médicos, para quitarse responsabilidad, dirán que el acopio de psicofármacos que aceleraron la degeneración cognitiva y vital, no es culpa suya. Pero en el sumario hay mucha responsabilidad también de lo ocurrido entre los sanitarios. Porque si una persona vulnerable está en manos de unas personas que presuntamente y según creen los investigadores, han provocado esa situación de demencia para doblegar su voluntad y hacer con ella lo que quieren, ¿quién tenía que haberse dado cuanta de que a esa mujer la estaban “maltratando”? Las continuas caídas que tuvo, y la disfagia son efectos secundarios de los antipsicóticos. ¿Por qué nadie, en ningún hospital de los visitados, varias veces en urgencias, ningún médico se dio cuenta?
Otra de las claves del informe que ha pedido el fiscal es si Isabel tenía mermadas las capacidades intelectivas y volitivas en mayo de 2021, cuando un notario valoró que estaba en condiciones óptimas para cambiar el testamento en favor de su sobrina (incluyó a Arancha Palomino en un testamento en el que anteriormente no aparecía. Los notarios están habilitados para valorar si una persona está en condiciones de decidir, y de hecho en la segunda y tercera visita que hicieron para conseguir poderes sobre los depósitos de Isabel, se los negaron dos notarios distintos. Un informe de los peritos contrario a ese primer diagnóstico del notario, podría invalidar ese testamento.
El notario es uno de los testigos que ha sido llamado a declarar junto con los médicos que la vieron y recetaron psicofármacos, la cuidadora que, antes de ser contratada por Arancha de manera particular, informó a la empresa para la que trabajaba de su estado casi vegetal, de no poder tragar ni facilitarle líquido, de descuido y hasta de piojos. Precisamente el día que falleció Isabel, la cuidadora estaba sola en la casa con Isabel y con los hijos pequeños de los dos acusados que se habían ido de viaje, rumbo a Asturias. Tardaron horas en regresar y llamar al 112 para declarar el fallecimiento.