Además del cadmio que la envenenó, en la sangre de María Isabel, tía de Arancha Palomino, la mujer del actor Luis Lorenzo, hallaron cuatro tipos de antipsicóticos distintos y un sedante.
Un cóctel mortífero que ningún psiquiatra o neurólogo habría recetado. Una combinación de fármacos, que la estaba matando y aceleró su deterioro cognitivo. Si no tenía demencia los fármacos se la provocaron.
Los expertos dudan de los diagnosticos que se hicieron en Madrid, sin exploraciones neuropsicológicas ni pruebas adecuadas, solo con lo que su sobrina, Arancha Palomino, contaba a los médicos. Nunca han visto una demencia evolucinar tan rápido.
El diagnóstico médico coincide con el de la Guardia Civil: se aprovecharon de la vulnerabilidad de María Isabel. Ahora, hasta el testamento en el que incluyó a su sobrina está en entredicho.