La madre y un hermano menor de las dos jóvenes paquistaníes afincadas en Terrassa (Barcelona) que fueron asesinadas en su país natal a manos presuntamente de sus familiares han llegado este domingo al aeropuerto barcelonés de El Prat. Ambos han llegado a la terminal T1 del aeropuerto barcelonés a las 8:30 horas de la mañana en un vuelo procedente de Pakistán con escala en Abu Dhabi.
La madre de las víctimas prestó declaración ante los Mossos d'Esquadra el pasado jueves por la mañana por vía telemática, puesto que la mujer se encontraba en el país donde se produjeron los crímenes.
En su declaración habría apuntado en la misma dirección que las autoridades paquistaníes: que las hijas viajaron al país asiático engañadas por los familiares, con el objetivo de presionarlas y obligarlas a comenzar los trámites para que sus maridos pudieran viajar a España.
Sobre las causas del feminicidio, las investigaciones apuntan a que se trata un asesinato de honor, puesto que las dos jóvenes querían divorciarse de sus primos tras unos matrimonios forzosos.
Hasta la fecha, han prestado declaración el padre, hermanos y un tío de las dos asesinadas a manos de sus familiares en Pakistán, así como Ulfad Raja, el propietario de la tienda donde trabajaba el progenitor de las víctimas.
El pasado 20 de mayo en el pueblo de Nothia, en la provincia oriental de Punjab, Aneesa Abbas, de 20 años, y su hermana Arooj Abbas, de 24, fueron asesinadas presuntamente por sus familiares tras solicitar el divorcio de sus maridos y negarse a llevarlos de regreso a la ciudad de Terrassa (Barcelona), donde residían.
El asesinato ocurrió en la casa de la familia política de Aneesa, donde vivía su primo Atiq ur Rehman, con el que la casaron en contra de su voluntad en 2020. En la casa contigua, separada solo por un muro, residía la familia política de Arooj, a la que habían casado en 2019 con Hassan, un hijo de una tía paterna.
Las dos jóvenes habían llegado procedentes de España un día antes, y el domingo 22 de mayo la Policía arrestó a seis sospechosos, los maridos de las hermanas, al suegro de Aneesa y también tío Muhammed Hanif, a un hijo de éste, Qasid, y a dos hermanos de las jóvenes, Asfandyar y Shehryar. Un tribunal de Pakistán autorizó ayer sábado a la Policía a mantener cinco días bajo custodia a los seis familiares arrestados por el asesinato de las dos hermanas.
Azra Shaheen, madre de las dos jóvenes paquistaníes, ha agradecido la ayuda recibida por su país, en especial del cónsul en Barcelona, y de las autoridades locales. En una breve declaración antes los medios en la terminal T1 del aeropuerto, Azra Shaheen, visiblemente afectada, ha dicho: "Estoy agradecida a las autoridades de Pakistán y, sobre todo, al cónsul general y las autoridades de aquí, que han ayudado a que haya podido regresar a Barcelona".
Tanto la madre como su hijo menor no volverán a Terrassa, donde vive el padre de la familia, sino que serán alojados en un piso en Barcelona en el que recibirán protección.
El cónsul general de Pakistán en Barcelona, Mirza Salam, que ha recibido a la madre y a su hijo en el propio aeropuerto, ha dicho que "la policía pakistaní está evaluando las pruebas que han encontrado, que son pruebas muy evidentes y ahora debemos dejar que la justicia responda".
Mirza Salam, que ha pedido que se preserve la privacidad de la madre y de su familia, ha recordado que en su país la pena mínima para unos crímenes como estos es de 25 años de prisión.
Según ha informado hoy TV3, la Generalitat prepara un nuevo protocolo para combatir los matrimonios forzados, con el objetivo de mejorar la coordinación para hacer un mejor acompañamiento a las víctimas, con recursos residenciales y laborales para que puedan rehacer sus vidas.
La presidenta de la Asociación Cultural Educativa y Social de Mujeres de Pakistán en Barcelona, Huma Jamshed Bashir, ha explicado a Efe que en su asociación ha ayudado y alertado a las autoridades sobre "por lo menos 200 casos en los últimos dos o tres años" de violencia machista.
Según Jamshed Bashir, ahora mismo hay 30 mujeres o más en Pakistán que le han pedido ayuda para conseguir un visado y volver después de que sus maridos o familias las hayan hecho volver engañadas por ser impuras o por tener amantes, y las dejan allí sin documentación y sin sus hijos como "castigo".