El virus de Nipah, en India es uno de los grandes temores de futuro, un virus viejo que podría ser letal ahora que el mundo ha sufrido el golpe del coronavirus. En realidad, el nuevo coronavirus tiene una tasa de mortalidad aún baja, sobre todo si lo comparamos con otros que representan una amenaza más grave para la salud pública. (Estos son los doce más letales).
Nipah, que despertó en la India en 2018, es un virus es zoonótico, es decir, estamos ante un contagio que se transmite principalmente de animales a personas, pero en ocasiones también se puede trasmitir de persona a persona y mediante comida contaminada. Se trata de un problema de salud pública porque causa enfermedades graves y es altamente mortal.
El virus Nipah se reconoció por primera vez en Malasia, en 1999, en un brote entre criadores de cerdos. Es el único brote conocido en el país. Dos años más tarde, en Bangladesh, se reconoció un brote del mismo virus, y desde entonces el país ha vuelto a sufrir rebrotes anuales. En el este de la India también se ha identificado de manera periódica.
Países como Camboya, Ghana, Filipinas, Indonesia, Madagascar y Tailandia, están en riesgo ante este virus, ya que se han encontrado pruebas serológicas de su presencia en especies de murciélagos de la zona.
La OMS ha explicado que la mayoría de las personas infectadas por este virus se deben al contacto directo con cerdos enfermos o con sus secrecciones contaminadas. Se cree que el brote inicial de Malasia fue de trasmisión a través de las gotículas respiratorias o del contacto con esas secrecciones de cerdos enfermos.
Sin embargo, en los brotes de Bangladesh e India, la OMS apuesta por que las infecciones se deben al consumo de frutas o derivados contaminados con orina o saliva de murciélagos infectados.
También se ha reportado su trasmisión de persona a persona, a través de las secreciones y excreciones. En la India, un 75% de los casos se reportaron entre el personal sanitario o las visitas. En Bangladesh, la mitad de los casos también han sido por el contacto de persona a persona en el tratamiento a pacientes infectados.
La infección humana por Nipah puede ir desde una infección asintomática hasta causar enfermedades respiratorias agudas e incluso una encefalitis letal. Los principales síntomas son similares a los de la gripe: fiebre, vómitos, dolor de garganta, cefaleas y mialgias.
Estos primeros síntomas pueden seguirse de mareos, somnolencia, alteración de la consciencia y llegar a derivar en signos neurológicos que indicarían que se sufre una encefalitis aguda. Algunas personas pueden llegar a sufrir una neumonía atípica y problemas respiratorios graves.
En los casos más graves genera encefalitis y convulsiones que derivan al paciente en coma en un periodo de 24 a 48 horas.
El período de incubación, es decir, el intervalo de tiempo entre la infección y el inicio de los síntomas, varía entre los 4 y los 14 días. Sin embargo, también se han llegado a registrar períodos de incubación de hasta 45 días.
La tasa de letalidad estimada de este virus es del 40% al 75%, variando según el brote, la capacidad local de vigilancia epidemiológica y la atención clínica. Las personas que sobreviven pueden tener secuelas neurológicas residuales, como convulsiones o cambios de personalidad.