El Reino Unido ha detectado un caso de una rara infección viral conocida como viruela símica, también llamada viruela del mono. El paciente, que había viajado recientemente a Nigeria, está siendo tratado en una unidad especializada en enfermedades infecciosas respiratorias del hospital Guy's and St Thomas' NHS Foundation Trust de Londres.
La Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido (UKHSA), encargada de difundir la información del contagio, ha señalado en un comunicado que, como medida de precaución, las autoridades sanitarias están tratando de contactar y localizar a las personas que viajaron cerca del paciente en el mismo vuelo. Todo, según explican, "para garantizar que, si caen enfermos, puedan ser tratados rápidamente".
Pero, a todo esto, ¿qué es la viruela del mono? Según la describe la OMS, se trata de una zoonosis viral (enfermedad provocada por virus transmitido de los animales a las personas) rara, que produce síntomas parecidos a los que se observaban en los pacientes de viruela en el pasado, aunque menos graves.
El virus que causa la viruela del mono pertenece al género ortopoxvirus de la familia poxviridae. Por ahora se desconoce el número total de hospedadores -con el virus-, pero las especies que presentarían mayor susceptibilidad serían los monos y simios, varios roedores y algunos mamíferos pequeños.
Con la erradicación de la viruela en 1980 y el posterior cese de la vacunación contra la viruela, se ha convertido en el ortopoxvirus más importante. La viruela símica sigue apareciendo esporádicamente en algunas partes centrales y occidentales de la selva tropical de África.
Los expertos subrayan que la transmisión del virus entre animales no se conoce por completo, aunque apuntan que la viruela del mono se transmitiría por aerosoles, mediante abrasiones cutáneas -lesiones leves- o la ingesta de tejidos infectados.
La viruela del mono se habría detectado en algunos animales como los perros. Las microgotas respiratorias o la saliva podrían ser la vía de infección, según el análisis de las muestras recogidas en orina, heces o exudados bucales, nasales y conjutivales.
El contagio en personas se produce a través del contacto con los líquidos corporales de los animales infectados, es decir, con un mordisco del animal o al inhalar gotas que contienen el virus. La mayoría de casos son zoonóticos: también se puede producir la transmisión entre humanos, aunque es poco frecuente. Las posibles vías de transmisión en este caso incluyen el contacto de piel con piel, con líquidos corporales, o aerosoles.
La viruela símica se detectó por primera vez en los seres humanos en 1970 en la República Democrática del Congo (denominada en aquel entonces Zaire) en un niño de nueve años, en una región en la que la viruela se había erradicado en 1968, según informa la OMS.
Desde entonces, la mayoría de los casos notificados proceden de regiones rurales de la selva tropical de la cuenca del Congo y el África occidental, en particular de la República Democrática del Congo, donde se considera endémica. En 1996-1997 se produjo un importante brote en ese país.
Estados Unidos, entre otros países, sufrió en 2003 un brote de viruela símica cuando se importaron roedores infectados como mascotas procedentes de África. Los animales transmitieron el virus a perros de las praderas domésticos, que eran altamente susceptibles a la infección. El virus infectó a aproximadamente 70 personas que habían estado en contacto con los hospedadores.
Los síntomas de la viruela del simio son muy similares a los de la viruela. Estos incluyen:
Los especialistas destacan que, tras la fiebre (de uno a tres días del inicio), aparece una erupción que suele comenzar en la cara y después se extiende a otras partes del cuerpo. En los primeros días, esta erupción se presenta en forma de manchas planas y rojas que después se convierten en ampollas llenas de pus y forman pústulas. Estas últimas, a medida que pasan los días, forman una costra que luego se cae.
El cuadro de viruela símica mejora por sí mismo con el paso de los días y sin tratamiento. No obstante, algunos casos pueden presentar síntomas graves y requerir atención hospitalaria. La enfermedad suele durar de dos a cuatro semanas y las lesiones en la piel sanan en los 14 y 21 días posteriores.
Como secuelas, según advierten los expertos, pueden aparecer cicatrices varioliformes residuales con lesiones cutáneas hipopigmentadas o hiperpigmentadas. Las cicatrices graves son inusuales, al igual que en los cuadros de viruela común.