Varias comunidades españolas han dado la voz de alarma desde hace unas semanas por la proliferación de garrapatas, un arácnido que puede transmitir graves enfermedades como la de Lyme o la fiebre hemorrágica Crimea-Congo, que ya ha causado tres víctimas mortales en España en los últimos años y que podría estar intensificando su propagación en el país.
Más de 20 especies de garrapatas de las 900 identificadas en todo el mundo residen en España. Son ácaros parasitarios que necesitan sangre para completar sus ciclos biológicos y, para hospedarse en un ser humano, requieren del contacto físico, puesto que no pueden saltar ni desplazarse a grandes distancias, señalan los expertos.
En realidad, el ser humano es un 'hospedador accidental' de estos arácnidos, pero se ve afectado por ellos al interferir en sus hábitats naturales, algo que sucede cada vez con más frecuencia.
La proliferación de las garrapatas en varias zonas verdes de la ciudad de Zaragoza está siendo tal que el Ayuntamiento, alertado por el Colegio Oficial de Veterinarios, va a poner en marcha una campaña de desinfección sin precedentes en 17 parques de la capital aragonesa. Lo hará después de que el 95,8% de los centros veterinarios de la ciudad haya detectado un aumento de la prevalencia de este parásito este año, sobre todo en los últimos meses.
"Siempre ha habido garrapatas, pero esta vez está siendo especialmente llamativo. Cuando los veterinarios nos han llamado porque era algo exagerado, está claro que algo ocurre. Es la primera vez que se va a hacer una desinfección así", indicó a El Periódico de Aragón Luis Javier Yus, gerente del Colegio Oficial de Veterinarios de Zaragoza.
Los motivos, según él, son dos muy diferenciados: el cambio climático y la gran cantidad de conejos que hay en la zona del sur de la ciudad, concretamente en la área de Valdespartera, Parque Venecia y los pinares del entorno. "Estos animales, de sangre caliente, son un reservorio perfecto para que se transmitan garrapatas y se reproduzcan. Es un problema complicado de atajar", apunta Yus.
Por otro lado, Yuste comenta que también han detectado que, fruto del cambio climático, la presencia de la garrapata se ha prolongado. "Antes su periodo era corto, de tres a cuatro meses, porque con el frío desaparecían. Ahora, sin embargo, empiezan en marzo y pueden estar hasta octubre", explicaba.
También en el área de Madrid se están dejando notar los efectos de estos parásitos. Los vecinos de Leganés denuncian garrapatas "por decenas" en sus calles, que están afectando a sus perros. No solo a los animales, pues ya han atacado a niños y adultos. "Se te puede enganchar en el pelo, en la ropa o en el calzado", comentaba a Telemadrid uno de los vecinos.
El Ayuntamiento asegura que ha enviado a técnicos a inspeccionar las zonas afectadas, pero éstos afirman que "no es una plaga" y que no pueden distribuir productos de forma generalizada por cuestiones legales y porque podría ser peligroso para niños y perros.
En la provincia de Castellón, la plaga de garrapatas se propaga por la zona de Plana Alta, con la localidad de Torreblanca como uno de sus epicentros, informa El Periódico del Mediterráneo.
En Alicante, algunos agricultores han denunciado que "el campo está infestado de garrapatas", situación que no se había producido antes. "Los terrenos de secano con olivo, cañas, algarrobos, etc. presentan una situación horrible; es imposible ir por el campo sin mirarte continuamente los pantalones, cosa que hace dos años no sucedía, porque podías ir tranquilamente sin este problema", ha explicado a Verde y Azul un agricultor de los alrededores de Alicante.
El caso de la fiebre Crimea-Congo es la más grave que puede transmitir la garrapata y desde hace unos años se están detectando casos en España. El primero fue diagnosticado en 2013 en una mujer sana y joven, de unos 30 años, que ingresó en el Hospital Universitario de Salamanca.
Desde entonces y hasta el pasado mes de mayo se han contabilizado en nuestro país nueve casos de forma oficial, tres de los cuales han terminado en fallecimiento. Sin embargo, los expertos creen que otros casos deben haber pasado inadvertidos por falta de diagnósticos adecuados.
Los expertos afirman que la mortalidad de esta enfermedad varía en función de la capacidad de diagnóstico y tratamiento de cada país. En el caso de Turquía, por ejemplo, que registró el primer caso en 2002, "ya llevan casi 20 años con ella y han aprendido a manejarla, así que sus cifras de mortalidad están en torno a un 5%, pero en los países que no están en guardia pueden alcanzar el 50%", señala Miguel Ángel Jiménez Clavero, virólogo e investigador del Centro de Investigación en Sanidad Animal (INIA).
Turquía, pese a todo, ha visto cómo la enfermedad se dispara en este periodo de 20 años, en que los casos ya superan anualmente los mil. España es, de momento, el único país de Europa occidental que ha notificado su aparición y los científicos temen que vaya a peor.
El aumento de las temperaturas o los cambios en la humedad pueden afectar a la presencia de estos animales parásitos. "Probablemente, se ha creado un nicho ecológico que antes no existía o que era más reducido y se va ampliando, pero es una hipótesis que está por demostrar", afirma Jiménez Clavero.
El doctor Jorge Romaní, especialista en Dermatología, explica cómo prevenir las garrapatas y cómo extraerlas si nos pican:
Si se tiene experiencia, o se cuenta con una persona que sepa hacerlo, es fácil extraer la garrapata, pero con mucho cuidado de no romperla y que no queden enganchadas a la piel partes del insecto. La mejor forma de hacerlo es con unas pinzas, tirando de ella en sentido perpendicular a la piel, traccionando lentamente, y observando que no quede ningún elemento en la piel.
La principal medida preventiva es ir cubiertos con ropa de manga larga, pantalones hasta el tobillo y calcetines largos si se camina por una zona rural donde puede haber garrapatas (áreas de pastizales altos, vegetación densa o bosques muy tupidos).
Puede rociarse la ropa o aplicar en la piel un repelente de insectos, pero su eficacia no es alta, y su efecto tiende a desaparecer en pocas horas. Es conveniente observarse la piel y la ropa para identificar una posible garrapata y ahuyentarla de la piel antes de que se enganche.
Si sospechamos de la presencia de garrapatas en un jardín particular, es conveniente mantener la hierba o la maleza cortadas y podadas.
Enfermedad de Lyme
También llamada borreliosis, es la más conocida de las enfermedades transmitidas por garrapatas. Suele encontrarse sobre todo en ungulados y roedores, y las garrapatas del género Ixodes son su vector de transmisión al hombre más característico. Es producida por bacterias del género Borrelia.
Sus síntomas son tan diversos que reconocer esta infección constituye a menudo un desafío que hace difícil conocer la cifra real de afectados.
Los primeros síntomas de la enfermedad de Lyme comienzan entre tres y treinta días después de la picadura de una garrapata infectada. Los síntomas pueden incluir un sarpullido rojo llamado eritema migratorio: La mayoría de las personas con enfermedad de Lyme presentan esta lesión. Se hace más grande durante varios días y puede sentirse caliente al tacto. Por lo general, no es doloroso ni pica.
También puede presentarse fiebre, escalofríos, dolor de cabeza, fatiga y dolores musculares, entre otros síntomas.
Encefalitis viral
También conocida como TBE por sus siglas en inglés (tick-borne encephalitis). La infección, de origen vírico, puede producir inflamación del cerebro, pérdida de memoria y deterioro cognitivo. Los casos están aumentando cada año en Europa central y Rusia.
Los niños menores de un año y los adultos de 55 años o más son más vulnerables a las complicaciones potencialmente mortales.
Los síntomas son fiebre alta, dolor de cabeza, vómitos, sensibilidad a la luz, confusión, tortícolis, rigidez en la espalda, cambios en la personalidad, convulsiones, amnesia y parálisis.
Fiebre hemorrágica de Crimea-Congo
Es una enfermedad de origen vírico emergente en países de Europa oriental y es una de las enfermedades trasmitidas por garrapatas con mayor extensión a nivel mundial. La infección es causada por un virus del género Nairovirus y se ha detectado en España desde el año 2010.
Este virus causa graves brotes de fiebre hemorrágica viral, con una tasa de letalidad del 10% al 40%, dependiendo de los países.
Los síntomas comienzan de forma súbita, en forma de fiebre, mialgia (dolor muscular), mareo, dolor y rigidez de cuello, lumbago, cefalea, irritación de los ojos y fotofobia (hipersensibilidad a la luz).
Puede haber náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal y dolor de garganta al principio, seguidos de bruscos cambios de humor y confusión. Al cabo de dos a cuatro días, la agitación puede dar paso a somnolencia, depresión y debilidad, y puede aparecer dolor abdominal en el cuadrante superior derecho, con hepatomegalia detectable.
Turalemia
Se trata de una enfermedad de origen bacteriano (Francisella tularensis) de la que son reservorio lagomorfos y roedores. Es poco frecuente en humanos y el contagio se puede producir a través de picaduras de mosquitos y garrapatas.
Sus síntomas más frecuentes son la aparición brusca de fiebre alta, malestar general y lesiones en el lugar de inoculación y afectación de ganglios regionales.
La mayoría de las personas expuestas a la tularemia que desarrollan la enfermedad se suelen enfermar en un plazo de tres a cinco días, pero puede suceder hasta los 21 días.