La noticia de que una vacuna de Pfizer tiene una eficacia del 90% contra el covid ha sido anunciada como un punto de inflexión en la lucha mundial contra el virus. Un resultado preliminar de los ensayos de su fase 3 revela que las personas que reciben este medicamento tienen una protección contra el coronavirus un 90 % mayor que los no vacunados superando las expectativas.
El fabricante de medicamentos aseguró que las dosis que podrían administrarse este año alcanzarían el máximo de 50 millones para todo el mundo. Si se tiene en cuenta que la vacuna diseñada por Pfizer requiere de 2 dosis para su efectividad, los 50 millones estimados para este año se reducen a una cantidad válida solo para 25 millones de personas. La compañía espera fabricar hasta 1.300 millones en el 2021. Pero en España no habrá para todos hasta el 2022.
Los pacientes deben recibir dos dosis de la vacuna, ya sea con 21 o 28 días de diferencia. El consorcio no está dispuesto a perder el tiempo: la próxima semana pedirá ya autorización a la Agencia del Medicamento de EE.UU. para su uso generalizado. La autorización puede tardar cuatro semanas.
La Comisión Europea (CE) prevé decidir este miércoles y firmar en los próximos días el acuerdo negociado con las empresas Pfizer y BioNTech para suministrar 300 millones de dosis de la vacuna contra el covid-19 después de conocerse este lunes que tiene una efectividad del 90 %. "Hemos concluido las negociaciones y nuestro objetivo es que el contrato sea firmado en los próximos días. Será adoptado posiblemente este miércoles en el colegio de comisarios", dijo la comisaria de Salud y Seguridad Alimentaria, Stella Kyriakides.
Una vez que la Comisión Europea dé luz verde, los Estados miembros tienen cinco días para decidir si participan en el contrato y, solo superado este trámite, se finaliza y firma el acuerdo. "Hasta hora todo el mundo ha optado por participar, pero no es obligatorio. La firma como tal no tendrá lugar mañana. Primero lo adoptamos y luego esperamos a la decisión de los Estados miembros", explicó Kyriakides.
La Comisión Europea concluyó en septiembre las conversaciones exploratorias con ambas empresas para adquirir hasta 300 millones de dosis de la vacuna que están desarrollando, si demuestra ser segura y eficaz, dentro de su estrategia para concluir este tipo de acuerdos con varios laboratorios que trabajan para lograr una vacuna. Se trata de acuerdos de pre-compra, por los que las farmacéuticas se comprometen a reservar un número de dosis para la UE y la Comisión les ayuda, en contrapartida, a finalizar las inversiones necesarias para el desarrollo de la vacuna.
Una vez el contrato ha sido aprobado por el Ejecutivo comunitario, éste se envía a los Estados miembros que son los que deciden la cantidad exacta de vacunas que desean comprar y tienen cinco días para decidir si participan. En función de esas solicitudes. Bruselas distribuirá la vacuna en función a la población de cada país. "Hay diferentes fórmulas y es al final del proceso cuándo todo se formaliza. La decisión de mañana es clave para fijar las condiciones sobre las que los Estados miembros después serán capaces de comprar las vacunas en función de sus necesidades", explicó en una rueda de prensa el portavoz jefe de la Comisión, Eric Mamer.
Precisó que el hecho de que la Comisión aborde este miércoles el acuerdo con Pfizer no está ligado directamente al anuncio, el lunes, de que la vacuna, que requiere dos dosis, es efectiva para prevenir el coronavirus en el 90 % de los casos. Hasta ahora la Comisión Europea ha concluido acuerdos de este tipo con AstraZeneca, Sanofi y Johnson and Johnson y ha concluido las conversaciones con CureVac y Moderna, además de con BioNTech y Pfizer. "Es posible que tengamos una cartera de unas seis prometedoras vacunas, lo que era el objetivo desde el principio", dijo Kyriakides.
La Agencia Europea del Medicamento (EMA) será la responsable de examinar la seguridad de estas vacunas y autorizar su puesta en el mercado.
El sistema nacional de salud español va a distribuir las dosis de manera gratuita, por lo que no quien se vacune no tendrá que pagar.
El ministro de Sanidad, Salvador Illa, espera que, "ésta semana o la próxima", se puedan firmar algunos contratos más con nuevas compañías farmacéuticas para adquirir una futura vacuna contra la Covid-19, entre ellas con las compañías Pfizer y Biontech, que este lunes anunciaban que su vacuna es eficaz en más del 90 por ciento, tras el "éxito" del primer análisis intermedio de su ensayo de fase 3.
De modo que, "si todo fuera muy bien" a finales de este año podrían empezar a llegar las primera dosis de vacunas, siendo menos optimista el ministro ha señalado principios del año que viene. Así, despendiendo de los términos del contrato con Pfizer, Sanidad calcula que podrían llegar a España unas 20 millones de dosis de modo que se podría inmunizar a unos 10 millones de personas, ya que la vacuna debe administrarse en dos dosis.
La vacuna que será gratuita para la población España ya que será administrada dentro del Sistema Nacional de Salud (SNS), será distribuida y administrada acorde con lo que digan los expertos en vacunación. "Hace meses hay un grupo de trabajo con las CCAA y el ministerio de Sanidad para fijar los parámetros de a quién hay que administrarla, (...) alineando los criterios con el resto de socios europeos", ha señalado.
La de Pfizer es una vacuna de ARN. Por medio de esta técnica se inyectan en el cuerpo las instrucciones genéticas, es decir, las moléculas que inducen a las células a producir unas determinadas proteínas. El ARN mensajero se introduce en el organismo humano y toma el control de las células para que fabriquen un antígeno específico: la característica espícula que está en la superficie del coronavirus y que le permite adherirse a células humanas para infectarlas. Esta proteína, que en sí misma es inofensiva, será detectada por el sistema inmunológico, que activará su respuesta contra el virus, produciendo anticuerpos y otros recursos como linfocitos T.
Sí. Las previsiones de un programa de vacunación masiva a corto-medio plazo tendrán que afrontar un colosal problema logístico: para transportar las vacunas de Pfizer será necesario mantener una cadena de frío extrema, a una temperatura de -80ºC. Un condicionante que seguramente implicará la utilización de nitrógeno líquido. Los expertos señalan que para 400 millones de dosis hacen falta 1.200 camiones frigoríficos que, además, deben mantener una cadena de frío extremo para que se conserven. En España podría aplicarse en hospitales debido a la necesidad de mantenerlas por debajo de 80 grados.
El ministro Illa ha descartado la vacunación obligatoria y ha advertido a los antivacunas y negacionistas que el Gobierno va a ser "muy claro y contundente" contra "la gente que dice mentiras y juega a la anticiencia".
Así, para convencer a la población de que se vacunen, "el Gobierno va a hacer los que hemos venido haciendo, explica la verdad a la ciudadanía, y la verdad es que las vacunas salvan vidas". Así, ha vuelto a recordado que su fabricación se realiza con criterios de seguridad, y que existe un marco regulatorio europeo y estadounidense "muy estricto".
El ministro, que afirma que ésta podría ser una "luz al final del túnel", considera que la ciudadanía "va a responder en términos favorables y correctos" cuando se ponga en marcha la campaña de vacunación contra la Covid-19. Así, ha reiterado que, "si todo va como es previsto", una vez se realicen las comprobaciones de seguridad clínica, Sanidad calcula que "alrededor de mayo podríamos tener una porcentaje importante de población española y europea vacunada", ha añadido.
Los programas de vacunación contra el coronavirus aún no están definidos por el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas, aunque Illa ya ha adelantado que la selección de los primeros ciudadanos que reciban la vacuna se hará "con criterios técnicos" y de acuerdo con lo que digan los expertos en vacunación. Todo indica que los primeros vacunados serán los grupos de mayor riesgo, así como los profesionales que están más en contacto con ellos, como pueden ser los trabajadores sanitarios o sociosanitarios. En Inglaterra ya han decidido que el orden sea: primero los residentes y el personal de las residencias, el NHS y el personal de atención social, y luego las personas mayores.